Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 25 de marzo de 2008
El Gobierno hace su trabajo
Ni especulación, ni chantaje
Ricardo Sánchez-Serra
Muchos malos comerciantes se “malearon” en Semana Santa y pretendieron hacer su “agosto” en desmedro de la población. Subir los alimentos de primera necesidad sin causas lógicas, con estabilidad en la economía, sin cierre de carreteras, sin catástrofes naturales como inundaciones o huaicos, es perverso e inspirado en el siniestro lucro.
Asimismo, la mala prensa salió a relucir, los enemigos del Gobierno mostraron su careta. Su odio insano centelló con tal de desprestigiar al régimen democrático. Lo que quieren es que haya inflación para demostrar que se ha fracasado. Quieren también que el país convulsione, por intereses políticos o económicos. Brilla también en algunos el chantaje, porque o no tienen publicidad del Gobierno o quieren más.
Los economistas no se ponen de acuerdo. Muchos pretenden ignorar los factores internacionales, como la subida del petróleo y del trigo. Varios comentaristas seudo doctos afirman que como no hay control de precios, entonces no existe especulación y lo dicen con tanta seguridad que ellos mismo se engañan. Docta ignorancia. Es elemental mencionar que la especulación puede ocurrir en cualquier momento, más en determinadas fechas del calendario. El diccionario de la Real Academia Española define a la especulación como “la operación comercial que se practica con mercancías… con ánimo de obtener lucro”.
El Gobierno de Alan García ha hecho todo lo posible y continúa haciendo grandes esfuerzos para combatir la especulación.
El ministro de la Producción, Rafael Rey, por ejemplo, reaccionó rápidamente y con ayuda de las empresas privadas, Tasa, Diamante, Hayduk y Austral, colocó más de 300 toneladas de pescado a un sol el kilo de jurel en Lima (en provincias por el flete se vendió a S/. 1.50). Metro respaldó vendiendo a S/. 0.99 el kilo de jurel y la caballa a 1.99, además de bajar algunos precios de las verduras. Otro tanto hizo Plaza Vea. Los supermercados vendieron más barato que los mercados. ¡Increíble! El ministro verificó, además, que en los terminales pesqueros y en los mercados el abastecimiento de pescado sea normal y no se esconda para que suba el precio.
Todo este esfuerzo sirvió para que el precio del pescado no se dispare. Bajó en algunos casos y si subió en otros, fue leve.
El primer ministro Jorge del Castillo coordinó con el aparato estatal para declararle la guerra a la especulación. Sostuvo reuniones con los alcaldes para que en sus respectivas jurisdicciones fiscalicen sus mercados, con apoyo de los inspectores de Indecopi. “Vamos a luchar a fondo contra la especulación, dentro de un clima de libertad de precios y de libertad de mercado, sin ninguna duda, pero tampoco permitiendo los atropellos y la adulteración de pesas y medidas que es un delito grave”, dijo el premier.
Además, señaló que el canal del Estado reportará a primera hora de la mañana los precios de los alimentos, desde el mercado mayorista y desde los terminales pesqueros, para que esa información les permita a los alcaldes supervisar los precios finales en los mercados minoristas.
Por su parte, es menester que la población se organice y boicotee no adquiriendo los productos que están con precios onerosos y prepararse a cambiar los hábitos alimenticios. Si el pollo o la carne están caros, no deben comprarse, se debe cambiar por pescado por ejemplo. Si el aceite se dispara, usen manteca o margarina. Hay que obtener productos con el mismo valor nutricional, todo esto con el objetivo, igualmente, de que los productos costosos bajen de precio.
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