Publicado por el diario EL PERUANO, el 29 de enero de 2008.
Crimen sin castigo
Por Ricardo Sánchez-Serra*
El Congreso norteamericano postergó la aprobación de la Resolución H. 106 del Comité de Exteriores de la Cámara de Representantes, que condena al genocidio armenio, la matanza de un millón y medio de armenios perpetrada por el Imperio Otomano, antecesores de Turquía, entre 1915 y 1922.
Dicha Resolución hizo recordar al mundo una matanza, que es desconocida por muchos y que fue el primer genocidio del siglo XX.
Turquía llamó “en consulta” a su embajador en Washington, amenazó con prohibir el uso, en su suelo, de las bases norteamericanas que suministraban logística al ejército estadounidense en Irak y además, el Congreso turco autorizó a su gobierno el ingreso de sus tropas a Irak para atacar a los insurgentes de la minoría kurda.
Estos hechos hicieron retroceder a Washington en el gesto de reconocer el genocidio armenio, que Turquía niega aduciendo que eran luchas étnicas, cuando en verdad fue una masacre planeada por el gobierno otomano, documentada con testimonios y pruebas irrefutables.
Si Estados Unidos aduce que “no es el momento adecuado”, ¿cuándo, entonces, será el momento apropiado? El mundo ya se enteró que existió un genocidio armenio, una treintena de países lo reconocen; los armenios tienen una nación independiente, aunque recortada territorialmente. Hay también una fecha, el 24 de abril, que conmemora el genocidio. Desdichada Turquía, ¡el mundo ya se enteró!
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