http://www.posicion.pe/2017/04/guerra-de-las-malvinas-100-aviones-sovieticos-para-argentina-una-historia-increible/
Guerra de las Malvinas
100 aviones soviéticos para Argentina,una historia increíble
Ricardo
Sánchez Serra
Recientemente
se conmemoró el trigésimo quinto aniversario de la recuperación –luego fallida-
de Islas Malvinas Georgias y Sándwich
del Sur por el gobierno militar argentino, que dirigía el Teniente General
Leopoldo Fortunato Galtieri.
Fue
un suceso que unió a todo el pueblo argentino, una aspiración que las Malvinas regresaran
a suelo patrio, tras 149 años desde que las islas fueron invadidas por el
imperio inglés. Se acusa que los militares asumieron la decisión para ocultar
las violaciones a los derechos humanos. Ellos tomaron el poder
en 1976, debido a que esa nación se encontraba en situación anárquica y
envuelta en una grave e imparable agresión terrorista.
Errores
de cálculo. En primer lugar, Galtieri pensó que por la lejanía y la situación
geográfica, los británicos no reaccionarían militarmente. En segundo lugar, que
siendo pronorteamericano y admiraba al presidente Ronald Reagan, creyó que Estados
Unidos lo favorecería y no apoyaría al Reino Unido, su tradicional aliado en la
lucha contra el comunismo.
De
otro lado, el Chile de Pinochet apoyaba logísticamente a los británicos, siendo
llamado el Caín de América.
Al
Perú le copó una solidaridad inmensa. El gobierno del presidente Fernando Belaunde
envió a Argentina una flotilla de aviones Mirage, misiles y diversas armas –cuando
nadie le vendía debido al embargo de armas- y apoyo diplomático, incluyendo la elaboración
del mejor plan de paz aceptado por la Secretaría de Estado de EE.UU, a refunfuñadas
por el Reino Unido y consultada con Argentina.
Lamentablemente,
el 2 de mayo de 1982, un ataque vil de los británicos al crucero argentino General
Belgrano en aguas internacionales y fuera de la zona de guerra, causó la muerte
de 323 tripulantes. Argentina estaba conmocionada. En ese día o el 3 de mayo Belaunde
llama a Galtieri y este contesta que en tales circunstancias no podían aceptar
el plan de paz.
En
esos días el suscrito trabajaba como asesor de prensa en la Embajada de
Argentina, al lado del jefe de prensa Raymundo Mario Peschiutta y del embajador
Luis Pedro Horacio Sánchez Moreno. Dos marinos muy eficientes. Había un
ambiente triunfal, hasta, sin duda, el fatídico 2 de mayo. Todos maldecían a
los británicos y a la vez se mostraban tristes por las víctimas.
Estando
en mi oficina recibo una llamada telefónica de Boris Kosyguin, agregado “cultural”
de la Embajada de la Unión Soviética en Lima y le urgía que hablemos en
privado. Este diálogo no estará en ningún libro de historia.
Nos
encontramos en un restaurante de carnes de la cuadra 11 de la Av. Arenales en
Jesús María.
Kosyguin
hizo una oferta sorprendente. Me pedía que le dijera al embajador Sánchez
Moreno que la Unión Soviética le entregaría a Argentina 100 aviones MIG para su
lucha contra los británicos.
Me
quedé boquiabierto y le pedí detalles. El soviético señaló que su país tenía
esos aviones en Libia, de ahí lo trasladarían a La Habana y luego a Lima.
El
gobierno argentino tendría que pedir permiso al peruano para que los aviones
aterricen en nuestra capital y posteriormente continúen su viaje a bases aéreas
gauchas en donde serían pintados con los colores argentinos.
¿Cómo
sería el pago?, le pregunté. "Después de la guerra hablamos", me
contestó. “¿Por qué me dices esto? ¿Por qué tu embajador no habla con el mío?”,
le inquirí. Un silencio, un movimiento de manos y una mirada al cielo fueron su
respuesta.
Regresé rápidamente a la embajada –que se encontraba en la cuadra 11 de
la Av. Arequipa, hoy instalaciones de la empresa Telefónica- y conversé con Peschiutta, quien
inmediatamente me llevó a la oficina del embajador, que me escuchó atentamente
y me ordenó que ninguna otra persona de la embajada, ni fuera, de ella se
enterara. Él envió un cable cifrado a su gobierno.
Pasaron los días y Kosyguin urgía desesperadamente por una respuesta,
hasta que el embajador me señaló que le contestara que las conversaciones
continuaran con los embajadores de Argentina en Moscú o en La Habana. A Kosyguin
le disgustó la respuesta.
Mucho después, me enteré que Galtieri se reunió con la Junta Militar y por unanimidad rechazaron el ofrecimiento de la Unión Soviética, porque hubiera provocado la Tercera Guerra Mundial, ya que los aviones MIG eran fácilmente identificables.
Mucho después, me enteré que Galtieri se reunió con la Junta Militar y por unanimidad rechazaron el ofrecimiento de la Unión Soviética, porque hubiera provocado la Tercera Guerra Mundial, ya que los aviones MIG eran fácilmente identificables.
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