http://fpp.org.pe/2017/04/11/caso-sodalicio-comienza-el-circo/
Caso Sodalicio: Comienza el circo
Ricardo
Sánchez Serra
Unos pocos mortales, entre ellos un
congresista, ponen en jaque, gracias al tremendo apoyo mediático, a la Fiscalía
y a todo el Parlamento. Lo único que buscan es saciar su vanidad y los
sentimientos de venganza, de lo peor de
sus entrañas, para destruir el Sodalicio y hacerle daño a la Iglesia católica.
Mediante una campaña periodística
han hecho ver que toda aquella persona que apoya a la institución del
Sodalicio, es una especie de pervertido o que apoya a los abusadores sexuales,
desprestigiándole totalmente. Pero machacan para engañar, pues están muy lejos
de la realidad: no creo que haya una sola persona que apoye a los victimarios,
que deben, recalco una vez más, ser condenados.
En una institución existen personas
buenas y también malas. ¡A estas últimas, que cometieron delitos, hay que
castigarlas! y están a disposición del Poder Judicial… Pero, ¿por qué también
destruir a las buenas? En el Sodalicio hay mucha gente buena, muy buena,
piadosa, evangelizadora que ayuda a los demás; tienen numerosas parroquias,
centros de estudios, una universidad, sin contar su labor en otros países.
Esas almas diabólicas se han
ensañado con una fiscal, que solo cumplió con la Ley archivando denuncias que
estaban prescritas, hicieron retroceder al Legislativo que había dispuesto
constituir una Subcomisión especial para el caso Sodalicio, dentro de la
Comisión de Justicia, debido a que el congresista Kenji Fujimori –que parece
haber hecho un casamiento programático con su colega Alberto De Belaunde-
buscaba un inútil protagonismo, haciendo una batahola en donde no la había, hecho
que fue aprovechado por todos los que odian al fujimorismo, haciendo, sin duda,
daño a su bancada.
Para continuar con el circo, porque
es un circo (compren la canchita y la gaseosa), ante la presión mediática, un
Fiscal Superior –que posiblemente quiere hacerse famoso- ha reabierto el caso
Sodalicio para contentar a la galería. Los informes técnicos
físico-psicológicos de los denunciantes (ninguno de ellos abusados sexualmente)
señalan que gozan de buena salud.
Además, ahora el Parlamento formará
una comisión para indagar sobre "hechos repudiables" en las instituciones
educativas y religiosas, como deben ser las leyes, sin nombre propio.
Esperemos que no se aliente el
morbo, llamando a un grupillo de víctimas para desfilar y contar lo mismo
que se ha visto en televisión y en las lecturas de las investigaciones de las
comisiones independientes nacional e internacional, mandadas hacer por el
propio Sodalicio para conocer la verdad de lo que sucedió y reparar a las
víctimas, psicológica y económicamente, en la que ya se va otorgando cerca de tres
millones y medio de dólares.
El solo hecho de formar una comisión
en el Legislativo atentará contra las propias víctimas, a quienes se debe
respetar y resguardar. Otra vez sus casos íntimos a la luz pública. Asimismo,
interfiere con el trabajo del Poder Judicial y hasta con el Estado por la
intervención de la Defensoría del Pueblo. Fíjense: todo el aparato estatal
dedicado para saciar apetitos vengativos o revanchistas que ni los casos
Odebrecht o Petroaudios tuvieron, a pesar de haber afectado a toda la nación.
Y esperemos que el congresista De
Belaunde que “enjuició y condenó” al Sodalicio, no sea parte de la comisión,
porque ya fue juez y parte. Sus miembros tienen que ser lo más independientes y
transparentes posible.
No debe ser un “trampolín a la fama”
para querer destruir al Sodalicio y hacer daño a la Iglesia, gran defensora de
valores y principios, que se opone al matrimonio gay tan codiciado –por razones
personales- por el legislador de marras.
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