Publicado en
POSICIÓN.PE
http://www.posicion.pe/2017/01/para-entender-el-fallo-sobre-el-sodalicio-lo-legal-y-lo-moral-2/
Para entender el fallo sobre el
Sodalicio: lo legal y lo
moral
Ricardo Sánchez Serra
El Sodalicio ha admitido en
varias oportunidades que hay víctimas y que las reparará. Que el exdirigente Luis
Fernando Figari ha sido separado y declarado “persona non grata” y la opción de
ser expulsado de la institución corresponde a nadie más que a El Vaticano.
Para muchos, que ni
siquiera han leído el fallo de la Fiscal Provincial Penal de Lima, María del
Pilar Peralta Ramírez, les ha “sorprendido e indignado” la decisión de archivar
la denuncia contra Figari y miembros del Sodalicio.
El motivo del archivamiento
fue “falta de pruebas” y “prescripción” del delito. Todo fue de acuerdo a ley
aunque les duela a los denunciantes y al poderoso y costoso estudio de abogados
Ugaz.
La violación sexual ocurrió
hace más de 30 años. Ese delito prescribe a los diez años, de acuerdo a nuestra
legislación. En Estados Unidos o Argentina ese delito es imprescriptible. Así
debería adaptarlo la legislación peruana y tampoco sería retroactivo para
Figari. En lo moral, Figari debe irse al carajo y ser excomulgado y confinado a
una mazmorra, pues, desgraciadamente la ley no le alcanza. Además, ninguna
víctima de abuso sexual se acercó a la fiscalía.
Las cinco víctimas
denunciantes, que ya sabían lo que se venía (la prescripción), ampliaron la
acusación de violación sexual a Figari, a algunos miembros del Sodalicio –incluso
como institución- a denuncias de secuestro, asociación ilícita para delinquir y
lesiones graves.
Estas fueron legalmente archivadas
también por falta de pruebas. ¿Secuestro? El postulante ingresa con papel
firmado y se va también con papel firmado. Nada los detiene, ni está en contra
de su voluntad. ¿Qué el Sodalicio o sus miembros son una asociación ilícita
para delinquir? Acusación absurda y sin pruebas.
¿Lesiones graves? Los
peritos comprobaron –y está en la determinaron fiscal- que “ninguno de los
presuntos agraviados presenta actualmente problemas psicológicos derivados de
su permanencia en el Sodalicio. Por el contrario, las pericias demuestran que
todos ellos llevaron vidas personales y profesionales exitosas”.
¿Causa indignación lo
sucedido?
Es normal, pero las
víctimas tardaron en denunciar ¡20, 30, 40 años! El tema sexual es repugnante y
en el caso de abusos físicos o psicológicos, también, pero los peritos ya se
pronunciaron.
Es insensato criticar a la
fiscal porque según señalan, su hermana es de una congregación religiosa (no
perteneciente al Sodalicio) y que debió inhibirse. Otros señalan,
irrazonablemente, que le dieron el libro de Salinas y Ugaz y que debió basarse
en él, cuando se sabe que las denuncias son ¡anónimas! ¿Qué fiscal o qué juez
puede pronunciarse legalmente sobre denuncias anónimas?
Aún así, hay un tema moral,
que el propio Superior General del Sodalicio, Alessandro Moroni, reconoce. Acepta
que algunos miembros de su comunidad hicieron daño y que repararán a las
víctimas, y no solo queda en palabras, ya que se está hablando de casi tres millones
de dólares en reparaciones.
La sinceridad de Moroni y
de su comité ejecutivo se manifiesta en nombrar a dos comisiones de
investigación, una nacional y otra internacional –ambas integradas con
personalidades de prestigio- para atender a las víctimas y reconciliarse y que
El Vaticano los intervenga para refundarse o renovarse.
De otro lado, hay que
relevar su sinceridad: “Para nosotros, la principal responsabilidad no recae
en El Vaticano o en la Iglesia peruana. La principal responsabilidad no es
tampoco del Ministerio Público, la principal responsabilidad de buscar la verdad y reparar el daño es nuestra”.
Al respecto, hay
extremistas que solo buscan la destrucción del Sodalicio como institución, si
bien también lo integra gente buena. Malos y buenos los ponen en un solo saco.
Esto no es justo, ni razonable.
Además, aprovechan de atacar
a la Iglesia y ¿quiénes son estos agitadores? Ateos, agnósticos, gais. Y
también comunistas, que solo pretender tapar el escándalo de Odebrecht para
esconder a sus corruptos cabecillas. Acaso ¿han realizado movilizaciones contra
la inmoralidad de esa empresa? Nada, callados se quedan.
La verdad debe abrirse
paso, las críticas deben ser razonables y la opinión pública no debe dejarse
manipular por quimeras, ni informaciones malintencionadas, por eso ha sido
oportuno el mensaje franco y doloroso del superior del Sodalicio.