Los
derechos humanos en Turquía no valen nada
Ricardo Sánchez
Serra
El presidente de
Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, se hunde cada vez más en el fango y desprestigia
y aisla a su país internacionalmente por su constante violación a los derechos
humanos. Acaba de conocerse que 17.000 mujeres fueron detenidas sin
justificación con 560 niños menores de 6 años, quienes se encuentran en la
cárcel.
De otro lado,
recientemente detuvo a dos empleados turcos que trabajaban en la Embajada de
Estados Unidos en Ankara y a los "los Once de Estambul", que son
miembros de Amnistía Internacional, entre ellos un alemán y un sueco, agravando
así las relaciones con EE. UU. y los países europeos. Y, en medio de esta
crisis, sorprendentemente, el mandatario turco ha exhortado a los líderes
europeos permitir el ingreso de su país a la Unión Europea, cosa cada vez más
lejana. Pocos días antes había expresado: “ya no necesitamos ser miembros de la UE”
Erdoğan se ha
convertido en un dictador –tiene 15 años en el poder- al perseguir a miles de
miembros del pacifista Movimiento Gulen o Hizmet, a quienes acusa de un fallido
golpe en julio del 2016, pero que en realidad fue un pretexto para eliminarlos
de la sociedad turca, así como a los opositores de su régimen.
Recuérdese que
despidió a más de 150.000 empleados turcos, decenas de miles de policías,
militares, jueces, fiscales, maestros fueron detenidos. 9.000 periodistas
quedaron sin trabajo –y muchos de ellos están en las cárceles- al cerrarse
cerca de 200 medios de comunicación. Más de 400 mil personas han huido pidiendo
refugio o asilo en otros países. Muchos en Europa, Estados Unidos y en el Perú.
Cabe anotar que los
países europeos y Estados Unidos han
rechazado todas las solicitudes de extradición del gobierno turco a personas
sospechosas de intervenir en el intento de golpe de estado o autogolpe. Los
servicios de inteligencia aseguran que no han estado involucradas, incluido el
Movimiento Hizmet.
Erdoğan ha
convertido a Turquía en un gigantesco campo de concentración y con el
apresamiento de mujeres con sus niños quiere silenciar cualquier voz de
oposición a su régimen. El instituto Estocolmo Centro de Libertad denunció que
“la salud física y mental de las mujeres se había deteriorado tras el
hostigamiento, el aislamiento, la mala nutrición, la falta de acceso a la
higiene, privación de los sistema de salud y el trauma psicológico de la
prisión, a las cuales son sometidas”. Los niños reciben una alimentación
inadecuada para su edad o la ración de la madre tiene que compartirla con su
hijo.
El próximo 29 de
octubre es aniversario de la Proclamación de la República turca. ¿Qué va a
celebrar? ¿Sangre? ¿Muerte? ¿Encarcelamientos? No hay nada que conmemorar.
@sanchezserra