http://www.posicion.pe/2017/02/la-odisea-del-sodalicio-vida-pasion-y-resurreccion/
La odisea del Sodalicio:
vida, pasión y resurrección
Ricardo Sánchez
Serra
Muchos aún
reaccionan -comprensiblemente con el hígado- por las revelaciones de abusos al
interior del Sodalicio hechas por su Superior General, Alessandro Moroni.
Y es natural que
los abusos sean repudiados y la gente busque el castigo para los culpables. Se
critica a la Fiscalía, se reprocha al Vaticano, se pide al Sodalicio que
denuncie a Luis Fernando Figari.
Pero nada se
soluciona vociferando o con pedidos fuera de la Ley o con declaraciones de
advenedizos que salen en coro solo para buscar su gloria –a costa de las
víctimas- y peor aún desinformando a la opinión pública.
Y, con estas acciones,
¿a quiénes se daña más? A las víctimas, que son a las que se debe cuidar y
proteger. Hemos escuchado su tragedia, sus desgarradores testimonios, que como
en el drama de Fuenteovejuna “todo el pueblo, a una” da ganas de linchar a esos
violadores. Pero no se puede ni se debe, ya estamos civilizados y que las leyes
se encarguen.
Pero “dura lex, sed
lex”, la ley es dura, pero es la ley. Fatalmente la ley que se aplica por violación
sexual prescribe a los diez años y son hechos que sucedieron entre 1975 y el
2002. Lo que se debe hacer inteligentemente es que el Congreso apruebe una ley
que declare imprescriptible ese delito y que el Ministerio de la Mujer proponga
esa medida, en lugar que la ministra haga peliculina. ¡Hechos y no blá, blá,
blá, señora ministra!
Son abrumadores los
testimonios contra los abusadores; y, en el caso de Figari, la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica ha
actuado indolentemente: que siga siendo miembro del Sodalicio, pero que no viva
en sus instituciones, que no hable con los sodálites directamente y que lo
mantengan decorosamente. Además le prohíben que venga al Perú, salvo cuestión
grave y con permiso escrito del Superior General.
Esas desgraciadas “malas
lenguas” ya están diciendo que Roma lo oculta de la justicia. No es verdad. Es
obvio que él está a disposición de los tribunales cuando lo pidan. Así que no
se mienta en este tema. Se insiste que vaya preso. ¡Ya quisiéramos todos! Pero
su delito ha prescrito, pero esos advenedizos y peliculeros mienten con la
misma cantaleta. Y continúan haciendo daño de mil formas, es que “los
hipócritas se ofenden con la verdad”, como dice J. Scott.
Lo que hubiera
hecho El Vaticano a mi modesto parecer, sino podía expulsarlo, era confinarlo
en un remoto monasterio en un confín de la tierra, condenarlo a vida austera y
penitente; y, obviamente a disposición de la justicia. De esa manera podía, de
algún modo, reparar los daños.
También, faltaba
más, algunos malos políticos -esos tradicionales inoportunos- quieren ganarse
alguito con el drama de las víctimas. Y engañan a la opinión pública con la
formación de una comisión investigadora en el Parlamento, como una loba
disfrazada de oveja, porque persiguen otros fines.
Ya el señor Moroni,
en forma valiente y franca, formó dos comisiones una nacional y una
internacional. Los resultados están a la vista: es terrible y doloroso lo que
sucedió en su institución y no lo encubre, ni tampoco hay impunidad, como lo
expresa. Las víctimas están siendo tratadas psicológicamente e indemnizadas.
Pero siempre hay personas menudas de cerebro y corazón que pretenden hacer daño
minimizando las acciones del Sodalicio. Esas gentes inescrupulosas –con graves
problemas familiares y de drogadicción- no deben traficar más con el dolor de
las víctimas.
Ya que El Vaticano,
mal que bien, dio su veredicto; igual la justicia y ¿ahora quiere intervenir el
Congreso? ¿Con el objeto de destruir al Sodalicio? ¿Con las ganas de hacerle
daño y desprestigiar a la Iglesia? Esto último es lo que se persigue.
¡Hipócritas! Parafraseando a Plauto: en una mano llevan el pan y en la otra la
piedra.
El odio enfermizo
que hay a esa organización se debe que luego de su fundación fue un baluarte
contra la marxista Teología de la Liberación, por ello los comunistas –transformados
en caviares- no se lo perdonan.
En el Sodalicio hay
personas buenas y era necesario que se separe el trigo de la cizaña. Las malas
hierbas ya no están. Bajo guía vaticana debe perfeccionarse para continuar con
su apostolado y evangelización. Así sea.
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