Museo Nacional del
Perú:
conexión Vargas Llosa
Ricardo Sánchez Serra
En un país muy lejano…. (entra música de Star War)…
En 1990, Mario Vargas Llosa, líder de Libertad, nos trajo un
conjunto de ideas y valores. La más importante era castigar a tanto “cacaseno”
que vivía de la teta del Estado. Había que hacer un gran cambio.
El fujimorismo le ganó las elecciones y captó el proyecto
económico y a muchos de los que fueron sus principales colaboradores, cuya
historia la detalla Mario en su obra El Pez en el Agua.
Parafraseando a Dumas, “20 años después”, muchos actores se
vuelven a encontrar, esta vez para usar al Estado a través del Gobierno
humalista, del cual don Mario fue garante. Uno
de sus delfines de aquella época, el diputado Pedro Cateriano, ministro de
Defensa y luego presidente del Consejo de Ministros del nacionalista Humala,
que señaló que para dar luz verde al Museo Nacional del Perú (MUNA), necesitaba
vencer una gran batalla jurídica y burocrática para tercerizar la obra.
Estos nuevos mosqueteros son Cateriano, Vega Llona (de la
Constructora OHL) que ganó el concurso organizado por la Oficina de las
Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) en 60 días por 120 millones
de dólares, depositados en el JP Morgan, de Susanita de la Puente; y Graña, la
corporación que hace la supervisión de la obra, adjudicada también por Unops,
cuya festinación de trámites, como señala la Contraloría, que no se han hecho
los adecuados estudios para realizar la etapa de preinversión. Además de la
queja de historiadores y arqueólogos de la talla de Mariana
Mould de Pease o Walter
Alba, el propio Congreso de la República ha formado una subcomisión de
investigación para el MUNA, por sus afectaciones al Sistema Vial Andino Qhapaq
y al santuario como zona protegida.
Lo más curioso es que estos antiguos libertarios se parecen a
los mercantilistas que tanto detestaba Mario Vargas Llosa en 1990, con la
“tercerización” para evitar licitaciones públicas de acuerdo a la Ley de
Adquisiciones y Contrataciones Públicas.
Nos horrorizamos de escuchar los audios de Moreno o por la
luz verde de Nadine, pero todos se callan sobre las irregularidades ya
detectadas en el MUNA, como la falta de habilitación urbana, carencias de
licencia de construcción y de factibilidad de agua potable y la descarga del desagüe
de 5,200 personas que se calcula como aforo, sin mencionar que no tienen los estudios
de impacto vial.
Entendemos que el marqués Vargas Llosa esté ocupado en la
Madre Patria España y que ignore lo que hacen sus antiguos colaboradores de la
campaña libertaria, pero atento y furioso cuando llama a la excandidata hija de
ladrón y asesino, y mudo cuando se trata de criticar a Humala y a sus amigos
que mandaron 120 millones de dólares a “bailar” salsa en Nueva York.
@sanchezserra
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