Gobierno y oposición deben
bajar decibeles
Ricardo Sánchez
Serra
Tanto el Gobierno
como el Congreso deben bajar los decibeles de las críticas por el bien de la
democracia y la docencia política.
El presidente de la
República, Pedro Pablo Kuczynski, no puede hacer cuestión de Estado por la
posible censura del ministro de Educación, Jaime Saavedra, ni menos decir que
es una cuestión de confianza que involucraría a todo el gabinete.
Habrá muchos
Saavedras que hagan las cosas bien y que no impulsen la dañina ideología de
género.
Si lo hace es su
absoluta (ir)responsabilidad, pero no la del Parlamento, por tanto no se
aplicaría esta decisión en una situación basada en la Constitución, de que si
el Congreso censura dos gabinetes, el presidente llamaría a elecciones
legislativas.
Esto ha sido
aprovechado por los voceros oficialistas para “asustar” que se va a cerrar el
Congreso. Es una quimera, que más enciende las riñas entre oficialistas y
opositores.
Luego de las
elecciones presidenciales y legislativas, el Perú ha quedado dividido
prácticamente en dos y las pugnas, en lugar de ir disipándose, se acrecientan
con este tipo de actitudes, que suman la de la vicepresidenta de vetar el
nombramiento de un opositor político para un cargo en Petroperú.
También divide al
Perú que unos parlamentarios continúen con su pretensión de aprobar el
matrimonio “gay” y venga a engañar que su iniciativa es “profamilia”, cuando en
la realidad se opone a la familia.
Por otra parte, ha
sido una decisión acertada del Gobierno nombrar a Jorge Nieto al Ministerio de
Defensa y a Salvador del Solar al Despacho de Cultura. Ambos están preparados
para sus cargos, por lo que la oposición prejuicia sobre ambos.
Nieto ha sido
asesor del presidente Paniagua, es un analista político, sociólogo y no
necesita tener que ser militar para ocupar ese cargo. Los ministros son cargos
políticos. Basta que lo asesoren expertos en la materia.
En el caso de Del
Solar, que guarde su ideología. Tiene los títulos académicos suficientes y mal
hace la oposición de solo referirse a él como el “actor”.
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