¡Gracias cardenal Cipriani!
Ricardo Sánchez
Serra
El diálogo entre el
presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, y la lideresa de Fuerza
Popular, Keiko Fujimori, tenía que producirse. Y quién mejor que el cardenal y
Arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, haya propiciado un encuentro que el país
esperaba desde junio.
La reunión,
producida en la casa del purpurado, no habrá estado exenta de disculpas,
algunas recriminaciones y solucionados los malentendidos. Esperemos que la
campaña electoral que terminó formalmente en junio, haya por fin concluido
prácticamente.
Los grandes
derrotados por esta cumbre política, son sin duda los caviares (comunistas) y
las facciones radicales de los partidos Peruanos Por el Kambio y Fuerza
Popular; además los periodistas dizque independientes y otros pagados por el
Estado bajo la mesa. Por supuesto que existe libertad de expresión, pero
cuando la ideología nubla la mente y algunos escribas reciben un sobre sea por
la forma que fuere, su objetividad es de cloaca y que solo querían que corriera
sangre.
En el encuentro
Kuczynski-Fujimori, no hay derrotados, el gran ganador es el país. Quien piense
lo contrario es un miserable egoísta, que solo busca sus intereses particulares.
Anhelemos,
asimismo, que ambos partidos amarren a sus perros rabiosos, es decir, a unas
vocerías que solo dividen y causan rencor, y que no ayudan a la unidad, ni al
desarrollo del país.
Atrás quedaron,
igualmente, esos rufianes que disentían de por qué tenía que convocar la
reunión el prelado o cuestionar de por qué tenía que realizarse en su casa. El
odio ciega, el odio hace decir sandeces. Parafraseando a Víctor Hugo cuanto más
pequeño es el corazón (y yo añadiría la mente), más odio alberga.
Bien que el
cardenal Cipriani los haya cobijado y más aún impregnado con todas las virtudes
y valores de la Iglesia católica peruana, del cual es su más alto
representante, y más aún en un país católico, de mayoría católica que defiende
la vida y la familia.
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