miércoles, 25 de octubre de 2017

Los derechos humanos en Turquía no valen nada

Publicado en La Razón, el 25 de octubre de 2017


Los derechos humanos en Turquía no valen nada


Ricardo Sánchez Serra

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, se hunde cada vez más en el fango y desprestigia y aisla a su país internacionalmente por su constante violación a los derechos humanos. Acaba de conocerse que 17.000 mujeres fueron detenidas sin justificación con 560 niños menores de 6 años, quienes se encuentran en la cárcel.

De otro lado, recientemente detuvo a dos empleados turcos que trabajaban en la Embajada de Estados Unidos en Ankara y a los "los Once de Estambul", que son miembros de Amnistía Internacional, entre ellos un alemán y un sueco, agravando así las relaciones con EE. UU. y los países europeos. Y, en medio de esta crisis, sorprendentemente, el mandatario turco ha exhortado a los líderes europeos permitir el ingreso de su país a la Unión Europea, cosa cada vez más lejana. Pocos días antes había expresado: “ya no necesitamos ser miembros de la UE”

Erdoğan se ha convertido en un dictador –tiene 15 años en el poder- al perseguir a miles de miembros del pacifista Movimiento Gulen o Hizmet, a quienes acusa de un fallido golpe en julio del 2016, pero que en realidad fue un pretexto para eliminarlos de la sociedad turca, así como a los opositores de su régimen.



Recuérdese que despidió a más de 150.000 empleados turcos, decenas de miles de policías, militares, jueces, fiscales, maestros fueron detenidos. 9.000 periodistas quedaron sin trabajo –y muchos de ellos están en las cárceles- al cerrarse cerca de 200 medios de comunicación. Más de 400 mil personas han huido pidiendo refugio o asilo en otros países. Muchos en Europa, Estados Unidos y en el Perú.

Cabe anotar que los países europeos y Estados Unidos han rechazado todas las solicitudes de extradición del gobierno turco a personas sospechosas de intervenir en el intento de golpe de estado o autogolpe. Los servicios de inteligencia aseguran que no han estado involucradas, incluido el Movimiento Hizmet.

Erdoğan ha convertido a Turquía en un gigantesco campo de concentración y con el apresamiento de mujeres con sus niños quiere silenciar cualquier voz de oposición a su régimen. El instituto Estocolmo Centro de Libertad denunció que “la salud física y mental de las mujeres se había deteriorado tras el hostigamiento, el aislamiento, la mala nutrición, la falta de acceso a la higiene, privación de los sistema de salud y el trauma psicológico de la prisión, a las cuales son sometidas”. Los niños reciben una alimentación inadecuada para su edad o la ración de la madre tiene que compartirla con su hijo.


El próximo 29 de octubre es aniversario de la Proclamación de la República turca. ¿Qué va a celebrar? ¿Sangre? ¿Muerte? ¿Encarcelamientos? No hay nada que conmemorar.

@sanchezserra


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