Un
raro “moralizador”
Ricardo Sánchez
Serra
El odio obnubila la
mente y hace cometer errores como acusar sin ninguna prueba y entonces le abren
proceso por difamación agravada.
Este es el caso de
Pedro Salinas, que se encuentra en campaña para desprestigiar a la organización
religiosa Sodalicio Christianae Vitae. Coincido en que los perpetradores de
abusos sexuales deben ser castigados con todo el peso de la ley (y en la otra
vida ya los espera el infierno), pero no se puede acusar a toda la
organización, en donde también hay muchas personas buenas, ejemplares, que
buscan la santidad, así como evangelizar.
Dice un viejo dicho
que “para mentir y comer pescado hay que tener mucho cuidado”: Salinas acusó en
un escrito a la Fiscalía al Arzobispo de Piura, monseñor Antonio Eguren Anselmi
de integrar “junto con las autoridades del Sodalicio (entre las que me cuenta)
pusieron en marcha un plan delictivo, utilizando la organización criminal del
Sodalicio (disfrazada de institución religiosa), para cometer varios delitos
contra los adolescentes y jóvenes captados por la organización: secuestro,
lesiones psíquicas graves y asociación ilícita” (escrito de monseñor Eguren al
juzgado de Piura).
Salinas incluye en
esa cúpula, sin pruebas, al Arzobispo de Piura, no una sino varias veces. El
Fiscal de Lima viendo todos los actuados, decidió “no ha lugar” abrir
investigación contra el prelado. Y al apelar, también fue archivado por la
Fiscalía Superior, por acusar sin pruebas.
No contento con
ello, publica un artículo en una web acusando al monseñor de ser “el Juan
Barros peruano”, en alusión al obispo chileno que encubrió los abusos de
sacerdotes en ese país. Y en otros medios, igual, le lanza una serie de
acusaciones sin pruebas, por las que monseñor Eguren le pide se rectifique en
carta notarial, que Salinas publica, pero sin rectificarse.
Es por ello, que el
Arzobispo de Piura, en defensa de su honor querella, con sólidos argumentos
jurídicos, a Pedro Salinas. Este acusa al Sodalicio de varios delitos entre
ellos secuestro. Recuerdo que en una nota en La República él mismo señala que,
siendo miembro del Sodalicio se enamora de una chica en Arequipa y se va con
ella.
Salinas también
involucra a monseñor Eguren de tráfico de tierras, en base a investigaciones
periodísticas que toman la declaración de un prontuariado, “convicto por
delitos de extorsión, homicidio y robo”. Se nota, sin duda, que el periodista tiene
animadversión al prelado, que pide tres años de prisión y una indemnización
–por daño moral y a la persona- que será donada a una organización caritativa.
Dejen tranquilo a
monseñor Eguren, que debe dedicarse a su rebaño y no hacerle perder el tiempo
en cosas mundanas y falaces.
La Fiscalía abrió
Investigación preliminar contra siete sodálites. Ya van dos años y con los
plazos vencidos, dos veces archivaron y la volvieron abrir y qué casualidad que
justo la empresa en donde trabaja Salinas, Chisac (Chirinos-Salinas) asesoraba
millonariamente al Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, como se denunció
públicamente. ¡Qué casualidad!
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