Canciller reflexione
Ricardo Sánchez
Serra
Es derecho del
nuevo Gobierno nombrar a un 20 % de embajadores. Ha ello se les llama
embajadores políticos y no necesariamente son embajadores de carrera.
Generalmente son amigos del presidente o premios a líderes de partidos de
coalición del gobierno. También se considera a personalidades que destacan en
sus diversas profesiones.
Y si bien es cierto
que el Ministerio de Relaciones Exteriores pone su rúbrica en las
designaciones, también aconseja al mandatario. Y creo que los casos que explico
en líneas siguientes son merecedores de una reflexión o reconsideración por
parte del presidente y de la Cancillería, porque ¿para qué ocasionar una,
digamos, incomodidad, en donde no la hay?
Diferente es el
caso lamentable, por ejemplo, de la ministra de Desarrollo e Inclusión Social,
Liliana del Carmen La Rosa Huertas, que despide a la funcionaria Lesly Shica
Seguil, por ejercer su derecho de libertad de expresión mediante un Twitter. En
este caso, la ministra provocó, por su intolerancia ideológica, un problema al
Gobierno y que necesariamente debe haber una rectificación con el indebido
despido.
Volviendo al tema
de la Cancillería. En numerosos círculos políticos e intelectuales se está
comentando la injusticia que se comete con el ucase del gobierno de dar plazo
máximo hasta noviembre para que regresen los embajadores políticos. Insistimos
en el tema debido a que por un embajador puesto por Kuczynski y que no es
agrado de nadie en el Perú, se tenga que regresar a todos. Me refiero a Susana
de la Puente en Londres, de la que solo sé que es eficaz banquera, pero que
será llamada al Poder Judicial por algunas declaraciones de los exmandamases de
Odebrecht. Ya dijimos que se debe separar la paja del trigo.
Se comete un inmerecido
maltrato, por ejemplo, a la distinguida escritora Carmen Mc Evoy, quién abrió
la primera Embajada del Perú en Irlanda. También al excanciller José Antonio
García Belaunde en España, al diplomático Álvaro de Soto en Francia y al honesto
político Luis Iberico en Italia. De Hugo Otero no puedo decir nada, porque no
conozco su trabajo en Ecuador.
-De otro lado, en
el caso de Venezuela, ¿por qué el Perú debe liderar un boicot contra ese país?
La defensa de la democracia es pilar de nuestra política exterior y en eso
aplaudimos a nuestra Cancillería, más aún que se encuentra al frente de ella a
un prestigioso diplomático como Néstor Popolizio.
Es probable que el
Perú pida que la OEA aplique la Carta Democrática Interamericana a Venezuela,
pero no tenemos los votos para aprobarla. Encima Estados Unidos ha amenazado
con una intervención militar, que es inaceptable para los países
latinoamericanos.
Rusia, China y
otros países han saludado y apoyado las elecciones en Venezuela. ¿Quiénes somos
para desconocerlas? El Tribunal Electoral es el mismo que proclamó la victoria
de la oposición en las elecciones pasadas y hoy es el que proclamó la victoria
de Maduro. ¿Unas valen y otras no valen?
Maduro señala que
hay problemas. Si los sabe que los solucione de una vez. Que de autocrático
pase a democrático. ¡Qué confuso está todo!
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