Federación de Periodistas del Perú
http://fpp.org.pe/2017/09/06/tacna-no-se-vende/
PeruInforma.com
http://www.peruinforma.com/tacna-felicios-contra-constitucion/
Posicion.pe
http://www.posicion.pe/2017/09/tacna-negocio-o-defensa-de-la-constitucion/
Tacna: ¿Negocio o defensa de la Constitución?
Ricardo Sánchez
Serra
Hay políticos y
empresarios voraces que consideran que los que se oponen –entre ellos las
Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa- a la venta de terrenos dentro de los
50 kilómetros, mantienen a Tacna “anclada” en el siglo pasado.
En primer lugar, esas
personas imprudentes desconocen que las FF. AA. son instituciones tutelares de
la Patria y defienden la Constitución (antes la quebrantaban y ahora que la
respetan les piden que la trasgredan), garantizando el cumplimiento de sus
normas, que -entre otras- estipulan en su artículo 71 que “dentro de los
cincuenta (50) kilómetros de las fronteras los extranjeros no pueden adquirir
ni poseer, por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas… directa ni
indirectamente, individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en
beneficio del Estado, el derecho así adquirido”.
En segundo lugar,
esos críticos ignoran que Chile tiene normas que prohíben la venta de terrenos
a peruanos y bolivianos dentro de los 300 kilómetros de la frontera (Decreto con Fuerza
de Ley Nº 4, de 1967). ¡300 kilómetros!
En consecuencia, no existe el principio
de reciprocidad entre nuestros países y que debe ser una “conditio sine qua
non” para invertir en ambos lados de la frontera.
Es menester recordar las palabras de
nuestro gran héroe, Francisco Bolognesi poco antes de la batalla de Arica: “Unos
y otros (refiriéndose a los políticos de su época) han dictado con su incapaz conducta,
la sentencia que nos aplicará el enemigo”.
Esos lobistas fenicios también con su
“incapaz conducta” desdeñan la historia y como dice Confucio: “un pueblo que no
conoce su historia está condenado a repetirla”.
Tacna no se vende
Tampoco se recapacita sobre la “lección
de Antofagasta”, en donde los chilenos explotaban las salitreras bolivianas y
entre otras causales alegaron el “uti
possidetis” y la política “del Norte Grande de Chile” para iniciar la
Guerra del Pacífico y apoderarse de ellas, además de Tarapacá, Arica y Tacna.
Chile no quiso negociar con el Perú
sobre los límites marítimos pendientes de definir, por lo que tuvo que ser
llevado ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, en donde perdió y,
además, no reconoce la soberanía peruana sobre el Triángulo Terrestre, a pesar
que firmó el Tratado de 1929.
Su irresponsabilidad continúa porque Chile junto
con el Perú tenía que depositar en la ONU los nuevos instrumentos de aceptación
de la nueva frontera marítima y no lo ha hecho. Solo el Perú cumplió. ¿Se puede
aceptar inversiones chilenas en una frontera que para ellos no está cerrada?
Los empresarios chilenos deben obligar
a sus autoridades a que respeten los tratados y el fallo de La Haya. Que se
selle definitivamente la frontera. Solo después de ello, sus lobistas peruanos
recién podrán solicitar que se cambie el artículo 71 de la Constitución.
Es la realidad y no nos “anclarnos” en
el pasado, nos estamos refiriendo a acontecimientos del siglo XXI
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