Publicado en LA RAZÓN, el 27 de setiembre de 2017
Dibós y el COI
Ricardo Sánchez
Serra
Recientemente
conversé con Iván Dibós, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre
la Asamblea Extraordinaria de ese organismo, que fue todo un éxito, y la prensa
peruana no la cubrió como se debe, pero que sí tuvo repercusión a nivel
internacional.
Nos contó cómo
ingresó al COI sucediendo a su padre Eduardo Dibós Dammert, que había tenido un
brillante papel – asimismo como presidente del Comité Olímpico Peruano- en la
preparación de las disciplinas peruanas que intervinieron y destacaron en las
Olimpíadas de Berlín de 1936.
En sus 35 años de
actividad en el COI cuenta numerosas anécdotas y sus vivencias que le sugerí
las consigne en un libro. Parte de ellas se publicarán en el tercer número de
la Revista Diplomática Embajador, la cual me encargó la entrevista.
Con Dibós me une
una larga amistad, que empieza con mi cuñado y su familia desde hace más de 60
años.
A sus 78 años
conserva todas sus facultades mentales y físicas. En su departamento de San
Isidro tiene todo un cuarto lleno de máquinas para hacer ejercicios, en
especial para bogar, que es el deporte que lo apasionó toda su vida. En la
Asamblea del COI de Lima, le extendieron su mandato por siete años más, previos
exámenes mentales y físicos.
Los miembros del
COI no ganan ni un centavo, son ad honorem. En la época de su padre tenían que
pagarse hasta los pasajes en donde se realizaban las asambleas. Hoy por lo
menos se los pagan e incluso les dan unos pequeños emolumentos por el tiempo
que se realizan las actividades del COI, para que los miembros no se vean
perjudicados por los días no laborados en sus países.
Reveló que la
princesa Ana –hermana de la reina Isabel II- de Inglaterra no quiso recibir el
estipendio, pero el COI la obligó a aceptarlo, porque es una norma. Si ella
quiere donarlo que lo haga, pero tiene que recibirlo.
Ante los escándalos
en el que estuvieron algunos miembros del COI, este ente acordó que ningún
miembro debe reunirse en privado con algún delegado de una ciudad aspirante a
celebrar los juegos olímpicos, ni recibir ningún tipo de regalo o beca. Los que
trasgredan son enjuiciados por un Comité de Ética de alto nivel. Los castigos
son excluirlos del COI de por vida.
Recordó que en una
oportunidad un gobierno quiso que dejara de ser miembro del COI, para
reemplazarlo por el hermano del entonces presidente (que no mencionó) y que
renunciara. Dibós dijo que no se podía y que la única forma de suplirlo era
matándolo… No conocían cómo se elige a un miembro del COI.
Su amor por el
deporte lo condujo a tener una gran amistad con otros miembros del COI y
amantes del deporte como el gran duque de Luxemburgo y el príncipe de Mónaco,
quienes lo galardonaron con los
consulados honorarios de sus respectivos países.
@sanchezserra
No hay comentarios:
Publicar un comentario