En búsqueda de la felicidad
Ricardo Sánchez Serra
¿Qué tendría que
suceder para que los peruanos seamos felices? ¿Depende del gobierno? ¿Depende
de nosotros?
En el índice de la
felicidad censado por las Naciones Unidas desde hace unos 5 años a un promedio
de 155 países, el Perú está a media tabla, en el puesto 63.
Se promedia los
factores de salud, económicos y sociales. Al margen de ello, asimismo se toma
en cuenta la esperanza de vida, la renta per cápita, la confianza en las
instituciones y la corrupción y la generosidad en el entorno social.
Si estamos en ese
puesto, es porque los peruanos somos muy solidarios en apoyar a la gente con
problemas y contrapesa la desazón que nos causa las dificultades económicas y
la corrupción.
Todo es
distracción: Chincheros, Vizcarra, Fujimori, Basombrío, Patricia García,
Odebrecht… Y las noticias policiales, cada vez más cotidianas, ya cansan y
deprimen.
Los países más
felices son los nórdicos, encabezados por Noruega, que se turna el liderato con
Dinamarca, además figuran entre los diez primeros, Suiza, Islandia, Finlandia,
Holanda y Canadá, única nación del continente americano en el ranking de los
“10”. Los países latinoamericanos que nos superan son todos menos Venezuela y
Paraguay.
Cuando uno va a
convenciones en el exterior, los más bulliciosos y alegres son los africanos y
sin embargo el continente africano es el más infeliz. En el último lugar se
encuentra la República Centroafricana.
Hay naciones impacientadas
por lograr la felicidad que hasta han creado un Ministerio de la Felicidad,
como Venezuela, Ecuador y Emiratos Árabes Unidos. En Estados Unidos cambiaron
el nombre del departamento de servicios comunitarios por el de
"Departamento General para la Felicidad de la Comunidad".
Difícil estimar la
felicidad de un país con tantos factores. Se puede estar estancados
económicamente, pero mañana Perú clasifica al mundial y nos olvidamos de todos
los problemas. Recuérdese que el gobierno revolucionario de la década de los
´70 aprovechaba de subir el precio de la gasolina cuando ganábamos en vóley.
Pero, anécdotas
aparte, para lograr la felicidad el trabajo es de uno y si el Estado no puede
ayudar, por lo menos que no obstruya y se enfoque en unir a los peruanos y
mejorar su calidad de vida. Esa será su mejor contribución.
@sanchezserra
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