Web FEDERACIÓN DE PERIODISTAS DEL PERÚ: http://www.fpp.org.pe/no-alimentemos-a-las-hienas/
No alimentemos a las hienas
Tenemos televisión, radio y
compramos un diario ¿para qué? Para informarnos, culturizarnos y distraernos. Asimismo, para
enriquecer nuestros principios y creencias.
Pero hemos entrado a una
rutina en que cada vez tenemos menos tiempo para pensar y hacemos lo mismo. Le
damos rating a programas basura de la televisión y los anunciantes, sin
importar la ética, solventan esa podredumbre. Y solo ante el escándalo se ha
reaccionado, aunque aún en forma elemental, pues no han ocurrido sanciones
ejemplares.
Compramos periódicos -en la
mayoría de los casos- por inercia, por el titular, para ver sociales o solo
para enterarnos quién murió.
Pero es hora de reaccionar
y de reflexionar. Dios nos ha dado la facultad de elegir entre el bien y el
mal. No escojamos el mal, no demos de comer al mal, no hagamos propaganda al
mal. ¿Cómo lo hacemos?
Muy fácil: seleccionando
los programas, viendo series o documentales o noticieros que nos llenen el
espíritu, que nos instruyan; leyendo, escuchando o viendo a los periodistas que
realicen comentarios serios, imbuidos por principios y valores, que eduquen,
que informen positivamente.
Muchos están confundidos,
intoxicados, con un falso amicalismo, creen que ser modernistas es “inn”, es
estar a la moda, que como dice el filósofo Jacques Maritain, no confiere verdad. Eso es síntoma
que sus padres no les inculcaron firmemente los valores o son débiles ante la
crítica.
¿Queremos ser mejores
personas? Entonces seámoslo. Dejemos de lado los programas y escritos basura.
Compremos solo los medios
que defiendan la vida, el matrimonio entre un hombre y una mujer y la familia,
no los panegíricos de la muerte o de la destrucción. Así como hay libertad de
expresión, hay libertad también para seleccionar. Nos gustan los medios
patrióticos, que evocan la historia, que informan con verdad, que respetan a
nuestros líderes, a nuestros pastores, que alimentan nuestra ideología,
identidad o conocimiento, entonces hay que preferirlos.
Acabamos de observar una
campaña innoble contra el cardenal Juan Luis Cipriani, que como dice el
pronunciamiento de apoyo a nuestra autoridad eclesiástica, pretende silenciar
su valiente voz. Y ese complot está dirigido por agnósticos, ateos, enfermos
ideológicos, adversarios, que buscan callar al más firme defensor de la vida,
el matrimonio y la familia; y detrás también están los falsos católicos, con
sotanas o sin ellas, a quienes le preguntaría ¿cuándo mueran qué le dirán a
Dios?
Ya lo comenté alguna vez y
lo vuelvo a refrendar: un católico jamás puede apoyar el aborto o el matrimonio
gay; si lo hace, no es católico, se autoexcluye. Tampoco es porque yo lo diga.
Católico no solo es el bautizado, sino el que sigue los principios de la
Iglesia.
Por eso despertemos y escojamos.
Lo que no está de acuerdo a nuestra línea, cultura, valores y tradiciones,
dejémoslo de lado y así revaloramos nuestro periodismo. No alimentemos a las
hienas anticlericales de los medios y las redes, que como señala la RAE son
repulsivas y de malos instintos.
Twitter: @sanchezserra
Twitter: @sanchezserra
1 comentario:
De acuerdo Ricardo, interesante tu articulo. Somos libres de elegir lo que alimenta o no a nuestras mentes. Un Abrazo.
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