Padre Chuquillanqui hace milagro
en el arenal de Manchay
Por Ricardo Sánchez-Serra*
Radio Programas del Perú se encuentra presentando una nueva edición de
su campaña Premio Integración 2012, loable iniciativa que busca reconocer a
personas que han hecho un gran bien por la comunidad.
He visto con sumo beneplácito que entre los doce finalistas se encuentra
el Padre José Chuquillanqui, Párroco de Manchay, un recio jaujino, bueno,
piadoso y virtuoso que ha dedicado 16 años de su vida hacer un milagro en el arenal
de Manchay.
Su obra se podría mencionar que está concebida de modo tangible e
intangible.
Ha realizado numerosos programas de inclusión
social en favor de los más pobres de Manchay, con proyectos integrales en
salud, educación, música y deporte, y lo que es destacable y meritorio EN FORMA
SILENCIOSA. Al respecto, el estadista inglés Benjamín Disraelí dijo: “Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores
oradores.”
Pero la humildad tiene su límite. Una obra de tanta dimensión como la
que realiza el Padre y seguramente con numerosos benefactores anónimos debe
conocerse. Tagore está equivocado cuando decía “Cuanto más grandes somos en
humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza”. Esto podría ser para el yo
interior, para Dios, para la satisfacción del deber cumplido. Pero para acciones
que auxilian a decenas de miles de pobladores –y que siempre son insuficientes-
deben ser necesariamente publicitadas, para así lograr más apoyo.
Algún hijo de Dios se acordó de la labor del Padre Chuquillanqui y lo
propuso. ¡Enhorabuena!
La gran mayoría de la población de Manchay es desplazada, víctima del
terrorismo y proviene de Ayacucho, Apurímac, Huancavelica, Abancay, Huánuco,
Sierra Norte, etc. y que ahora viven en libertad y con dignidad. Ante la
ausencia del Estado, el Padre José luchó junto con ella por su progreso, por su
profundidad religiosa, por su superación individual, y asimismo, para que
tengan infraestructura básica, como agua, luz, pistas, etc.
De otro lado, entre los logros del sacerdote se encuentran, el trabajo
con las madres gestantes, la formación de niños y jóvenes, trabajar con jóvenes
en riesgo a través de los talleres parroquiales, lucha contra el pandillaje,
talleres para niños especiales. Y son proyectos auto sostenibles en el tiempo y
desterrando el mero asistencialismo. Hay que tener en cuenta que la obra del
Padre Chuquillanqui aún no está terminada, parafraseando a Vallejo “hay
hermanos muchísimo que hacer”, por lo que hay que seguir ayudándolo.
Recomiendo que voten por el Padre José. Estoy seguro que harán una obra
de bien. Entre a: http://www.rpp.com.pe/2012-08-12-el-padre-jose-chuquillanqui-impulsa-la-fe-y-obras-en-manchay-noticia_510754.html
*Periodista. Miembro de la
Prensa Extranjera.
Twitter: @sanchezserra
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