http://juancruz.lamula.pe/2012/06/25/articulo-lugo-destituido-por-dios-y-por-el-congreso-paraguayo/juancruz
http://www.peruinforma.com/index.php?menu=news&pag=10&id=62845
http://contacto-latino.com/news/4974793/lugo-destituido-por-dios-y-por-el-congreso-paraguayo-revista-generaccion/
http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/2012/07/ricardo-sanchez-serra-lugo-destituido.html
http://ecuador.diariocritico.com/opinion/ricardo-sanchez-serra/401176
Publicado en el semanario El Poder, de Lima-Perú, Año III N. 125, 02 al 08 de julio de 2012
Por Ricardo Sánchez-Serra*
Tengo pensamientos encontrados sobre la situación en Paraguay, en
especial sobre el ex presidente Fernando Lugo.
Lugo, ex obispo, renegó de su promesa a Dios y faltó a sus votos
sacerdotales. Le aparecieron hijos por doquier y que negaba, engendrados cuando
era obispo. Entonces, me pregunto ¿una persona que desafía a Dios, que incumple
su palabra, puede actuar de buena fe ante los hombres, ante el pueblo
paraguayo?
¿No es inmoral su actitud? Albert Camus señaló "Un hombre sin ética
es una bestia salvaje soltada a este mundo”, y Pablo Castellano redondeó "Para saber si alguien tiene ética, no hay que
preguntarle por su carné, sino por su comportamiento."
Mi cuestionamiento va a la persona –que fue suspendido "ad
divinis" por El Vaticano-, aunque al fin y al cabo fue elegido constitucionalmente
como presidente de Paraguay, rompiendo el hegemonismo de más de 60 años del
Partido Colorado, cuyos gobiernos están manchados de corrupción y que acrecienta
la pobreza del país.
En el Perú se vaca a un presidente, de acuerdo al
artículo 113 de la Constitución, por muerte, permanente incapacidad
moral o física, declarada por el Congreso; aceptación de su renuncia
por el Congreso, salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no
regresar a él dentro del plazo fijado.
Y, asimismo, por destitución, tras
haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo
117º de la Constitución, que señala: “El Presidente de la República sólo puede
ser acusado, durante su período, por traición a la patria; por impedir las
elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales o municipales; por
disolver el Congreso, salvo en los casos previstos en el artículo 134 de la
Constitución, y por impedir su reunión o funcionamiento, o los del Jurado
Nacional de Elecciones y otros organismos del sistema electoral”.
Muy
fácil
En cambio, sólo por “mal desempeño
de sus funciones” en la Constitución paraguaya es muy fácil despedir a un mandatario.
Veamos. En la Sección VI “Del Juicio Político”, artículo 225 “Del
procedimiento: El
Presidente de la República… sólo podrán ser sometidos a juicio político por mal
desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos
o por delitos comunes.
La acusación será formulada por la Cámara de Diputados, por mayoría de
dos tercios. Corresponderá a la Cámara de Senadores, por mayoría absoluta de
dos tercios, juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados
y, en caso, declararlos culpables, al sólo efecto de separarlos de sus cargos…”.
El vicepresidente Federico Franco remplazó a Lugo de acuerdo al artículo
239 de la Constitución paraguaya que dice así: “Son deberes y
atribuciones de quien ejerce la Vicepresidencia de la República: 1. Sustituir
de inmediato al Presidente de la República, en los casos previstos por esta
Constitución”.
El Congreso paraguayo destituye a Lugo –por votación abrumadora-, por
mal desempeño en sus funciones, debido a que en el último mayo hubo un
enfrentamiento entre las fuerzas policiales y los campesinos, en el que murieron
17 personas, once campesinos y seis policías.
¿Ameritaba la destitución y en sólo 48 horas? Ciertamente no, pero se
han cumplido estrictamente los procedimientos de la Constitución paraguaya. Ello
fue acatado por el propio Lugo con sus históricas palabras que fueron
difundidas a todo el mundo: "Esta noche salgo por la puerta más grande de
la patria, salgo por la puerta del corazón de mis compatriotas" (ahora ya
cambió de parecer). Que sea considerado injusto, “golpe
parlamentario”, “porque es de izquierda”, “amañado juicio”, “no le dieron
tiempo para defenderse”, todos estos comentarios quedan para los analistas.
Las naciones pueden protestar, retirar embajadores, hacer toda la
pataleta que quieran, pero no inmiscuirse en los asuntos internos de un país.
Lugo puede o no simpatizarme, pero eso no está en discusión.
*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera. Analista internacional.
Twitter: @sanchezserra
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