Caso
Gringasho: Se ha perdido la brújula
Por Ricardo Sánchez Serra*
Me resulta francamente
grotesca la propaganda subliminal a un sicario como Gringasho. Un delincuente
de alta peligrosidad que ha asesinado a tantos como la edad que tiene y que lo
elevan a una categoría de héroe, o mejor dicho de antihéroe.
Esas primeras páginas “fugó
por amor” lo glorifican en un romanticismo digno de Espronceda, Lord Byron o
Bécquer. Cuando ese supuesto menor es un miserable, como lo calificara
acertadamente el presidente de la República, Ollanta Humala. El delincuente
nato del que habla Lombroso y con crudeza cuando dice: "En realidad, para los criminales natos no
hay muchos remedios: es necesario o bien secuestrarlos para siempre, en los
casos de los incorregibles, o suprimirlos, cuando su incorregibilidad los torna
demasiado peligrosos”. Personas allegadas a Gringasho, o mejor dicho los
estudios hechos, señalan que es incorregible e irrecuperable.
¿Qué
se pretende con que van a realizar una película sobre su vida? ¿Vanagloriarlo?
¿Es un ejemplo para la juventud? ¿Quieren crear una fantasía? Da lástima que
esos realizadores por lograr dinero se envilezcan. Por toda la parafernalia de
los medios de comunicación sabemos más de Gringasho que de los héroes. En
cambio, hasta ahora no veo una buena película sobre la vida del Gran Almirante
Miguel Grau, del General Andrés A. Cáceres, del Mariscal Ramón Castilla, de
Francisco Bolognesi.
La
sociedad, su gente, ¿está perdiendo la brújula? ¿Se está confundiendo la línea
de lo correcto e incorrecto? Gringasho no es más que un delincuente que morirá
en su ley.
Twitter: @sanchezserra
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