¡S.O.S.
mi suegra!
Por Ricardo Sánchez Serra*
Sé que hay suegras y suegras.
Las hay buenas y las hay brujas. Dicen que el diablo, como se encontraba celoso
de Dios porque estaba en todas partes, creó a la suegra… Bueno, no se puede
generalizar.
¿Qué me motiva a escribir
este artículo? Mi suegra… Alguna semejanza con la realidad es pura
coincidencia. Es que ¡tengo que poner el parche!
Mi suegra es muy especial:
mandona, metiche, agresiva, provocadora. La paz no es con ella, el conflicto es
“per se” una necesidad.
Toda mi familia está feliz
cuando se va de viaje. ¡Qué tranquilidad! ¡Qué descanso! Pero la felicidad dura
poco, las otras hijas la mandan de regreso a la semana. Ella promete que se va
a portar bien, pero no puede con su genio.
Es también la “narradora de
cuentos”, desdichados mis hijos –piensan que es una buena abuela-, que ya son
adolescentes, que tienen que soportar tanto invento que cualquier novelista ambicionaría
tan notable inspiración. ¡Ya sé, se la voy a presentar a Vargas Llosa, para que
se saque otro Nobel!
Para colmo de males, a mi
suegra le ha dado la verborrea, esto es, la actitud incontrolable de no parar
de hablar. Está platicando todo el tiempo y todavía se queja: Después de una
hora… ¡Déjame hablar! Decreta. Ante un bostezo, reacciona ¡No me interrumpas! “Dios
mío, Dios mío, dame paciencia”, exclamo por dentro. “¡A qué hora se termina
este vía crucis”, me desespero y se me prende una bombita en el cerebro: “activa
en tu celular una llamada falsa” ¡Eureka! Y me alejo. Mi presión arterial que
se hallaba en 19/15 baja a 13/7. Ufff, pasó la crisis.
El doctor Chantada aconseja
para llevarse bien con la suegra “la
santa paciencia”, pero el mercurio del termómetro ebulle a 100 grados. ¡Qué
santa paciencia, ni qué ocho cuartos! ¡Basta, basta ya! ¡No aguanto más! Digo por
dentro. ¡Sobrevive a tu suegra”, digo optimista después de ver el video
motivador de El Gladiador.
Sé que con esta nota, las
primeras que se enfadarán serán mi esposa y mis cuñadas, pero qué se va hacer.
Ya lo hice, ahora a esperar el diluvio.
Tener una suegra buena es
como sacarse la lotería, pero hay una verdad irrefutable: la mejor suegra es la
mamá de uno.
¿Y por qué escribo esto en la serenata por Halloween?
¿Y por qué escribo esto en la serenata por Halloween?
*Periodista. Miembro de la
Prensa Extranjera.
Twitter: @sanchezserra
Twitter: @sanchezserra
No hay comentarios:
Publicar un comentario