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Gran trabajo de la Cancillería peruana
Cumbre
ASPA, se cumplió más allá del deber
Por Ricardo Sánchez-Serra
Aunque todavía es prematuro
analizar la III Cumbre Sudamérica - Países Árabes (ASPA), me aventuraré a hacer
unas pinceladas.
En primer lugar, buscando
siempre resultados positivos la cumbre logró realizarse, luego de dos
postergaciones. La “Primavera Árabe” fue la causa principal de los aplazamientos
y si bien está algo morigerada es un problema latente que puede saltar en
cualquier momento.
Llegaron a Lima doce jefes
de Estado y muchos representantes oficiales de gran nivel, salvo como señalamos
en su momento los delegados de Omán, Marruecos y Surinam que fueron de menor
categoría.
El problema sirio pudo ser
unos de los obstáculos no solo para la realización de la cumbre, sino también
para su tranquilidad. Días después de finalizada ocurrió un fuerte incidente en
la frontera sirio-turca. Afortunadamente no aconteció en los días previos al
evento, debido a que podía desanimar a algunos mandatarios.
En segundo lugar, el
acuerdo de cooperación que firmó del Perú con los poderosos países del Consejo de Cooperación para los Estados
Árabes del Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Catar, Omán y Emiratos Árabes Unidos) nos convertirá no solo en socios
estratégicos, sino también se estrecharán los nexos empresariales. Dichos
estados importan cerca de 660 mil
millones de dólares al año e invierten 180 mil millones de
dólares, son muy dependientes de alimentos y por otra parte podrían invertir en turismo
y proyectos energéticos de gas y petróleo. Se contempla un Tratado de Libre
Comercio con ellos.
En tercer lugar, el Perú ha presentado una
cartera de inversiones por 20 mil millones de dólares al mundo árabe. Los
proyectos están relacionados a energía, red vial, turismo y otras oportunidades
de negocios en transportes, comunicaciones, agricultura y recursos hídricos. Cualquier
porcentaje que se logre financiar será un gran logro para nuestro país,
contribuyendo a la creación de miles puestos de trabajo.
Las
únicas inversiones de los países árabes en
el Perú son la empresa gasífera Sonatrach -onceava empresa más grande
petrolera en el mundo- de Argelia (que participa en el Consorcio
Camisea y Transportadora de Gas del Perú) y Dubái Port, por más de 1.000
millones de dólares. Desde febrero del 2006 se encuentra durmiendo “el
sueño de
los justos” en alguna oficina del gobierno el Acuerdo de Promoción y
Protección
de Inversiones con Argelia. Esperemos se desempolve.
La apertura de las embajadas de Arabia Saudita
y Catar impulsarán las inversiones y el intercambio comercial con dichos
países.
Otras cumbres en donde acuden los jefes de
Estado son simples paseos turísticos y foros políticos, además de posar para la
foto. Creemos que en esta oportunidad se dejó de lado dicha impresión y se
logró resultados concretos iniciales y que el tiempo forjará su fortalecimiento
y sus beneficios reales.
El ministro de Relaciones Exteriores Rafael
Roncagliolo y en especial el equipo de trabajo presidido por el vice canciller
José Beraún merecen el reconocimiento de todos. No basta que algunos consideren
que fue su obligación. Conceptuamos que cumplieron más allá del deber y la
Nación debe agradecerles. Esperemos que el presidente Ollanta Humala los condecore
con la Orden del Sol por sus servicios extraordinarios a la Patria.
*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera.
Analista Internacional.
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