Publicado en La Razón, el 4 de enero de 2012
El Látigo del Rufus
Por Ricardo Sánchez-Serra*
El ministro de Salud, Alberto Tejada preocupado por los estragos que causa la comida chatarra ha propuesto aplicarle un impuesto especial. Loable iniciativa, sin duda, pero impracticable por cuanto será muy difícil diferenciar cuál es comida chatarra y cuál no la es.
¿El pollo a la brasa o broaster, las hamburguesas, son comida chatarra? En principio creemos que no, pero si les incluyes las papas fritas y todas las salsas, los conviertes en comestibles altamente grasosos, perjudiciales para la salud. ¿Qué otras comidas entrarían en esta descripción? ¿Los chocolates u otros dulces? ¿El pan con hot dog o con chicharrón? ¿Los anticuchos con rachi, choncholí, etc.? ¿Las pizzas? ¿Todas las frituras son comidas chatarra?
Lo que debe hacer el Ministerio de Salud es promover la buena alimentación en la población. Esta empieza principalmente en casa. Me choca ver, por ejemplo, a bebés que tienen gaseosa en su mamadera, en lugar de leche o jugos de frutas, asimismo que desde muy temprana edad los están predisponiendo, tal vez sin querer, a comer chizitos, papitas, que no poseen ningún valor nutricional. ¿Por qué no acostumbrarlos a comida sana, yogures, vegetales y frutas frescas? Y ello incluirlos en las loncheras escolares. Recuérdese el dicho "una manzana al día mantiene alejado al médico".
En Estados Unidos, por ejemplo, dado el alto índice de obesidad infantil -uno de cada tres niños tiene sobrepeso-, están prohibiendo las máquinas expendedoras de gaseosas en los colegios. Incluso el presidente Barack Obama lanzó la idea de un impuesto para las bebidas endulzadas. En el Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD) se impuso el nuevo menú para las escuelas que incluye comida saludable como curry vegetariano, pollo en ají con vegetales, guisados de vegetales, carne al estilo salvadoreño y ensaladas como la griega y mexicana. LAUSD sirve 650,000 comidas diariamente. Paul Simon, director del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Angeles, dijo que la comida es nutritiva y apetecible… la comida es fresca, no es procesada, es baja en sal y tiene fibra. Lo positivo es que los alumnos la han aceptado.
En Perú, Chile y México, 25% de los niños entre 4 y 10 años son obesos y 22 millones de niños en el mundo menores de 5 años están con sobrepeso.
Las cifras son espeluznantes, por lo que es menester combatir sus causas, como los malos hábitos alimenticios y la disminución de la actividad física. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mil millones de personas sufren de obesidad en el mundo y 17 millones mueren cada año por esta causa.
En el 2008 habíamos publicado en LA RAZON las declaraciones de Mary Bellizzi, experta de la Organización Mundial de la Salud “la educación no es suficiente. Necesitamos mirar radicalmente a la oferta de comida para asegurarnos que la comida que se le ofrece al público sea baja de grasas, azúcar y sal".
Los directores de los colegios, por ejemplo, podrían exigir que en los kioscos expendan sólo comida sana.
*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera.
Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
Blog: http://rsanchezserra.blogspot.com
1 comentario:
No es cierto que sea impracticable... Siempre hay parámetros que se establecen (por ejemplo se puede definir que un auto es contaminante sí tiene más de 15 años ). Igual en las porquerías que dañan la salud: se podría declarar que las hamburguesas y las papas fritas de los establecimientos rápidos serán los castigados. Se hace ya en varios países y no tiene nada del otro mundo.
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