Publicado en la Revista Justo Medio, de Lima-Perú, Septiembre de 2011
Por Ricardo Sánchez-Serra*
Que Palestina tiene derecho a la independencia nadie lo duda. Desde 1947 las Naciones Unidas decretaron, mediante la Resolución 181, la creación de un Estado Judío y un Estado Árabe.
El Perú integró el comité especial de la ONU –conformado por once naciones- que recomendaba la creación de dos estados separados y fue uno de los primeros países que reconoció a Israel y posteriormente brindar apoyo a la paz con el “Batallón Perú” en las Alturas de Golán y en la Península del Sinaí.
Los árabes se opusieron al mandato de la ONU y declararon la guerra en 1948. Egipto, Siria, Líbano, Transjordania e Irak atacaron Israel y fueron derrotados, en la denominada Guerra de Independencia de Israel.
Bajo auspicio de la ONU, el Estado Judío negoció un armisticio con los invasores y lo logró, este fue violado en varias oportunidades por los árabes. Uno de los momentos más álgidos ocurrió en 1967, en la llamada “Guerra de los Seis Días”. Siria, Egipto y Jordania se aprestaban a atacar Israel, se multiplicaron los ataques terroristas, los sirios bombardeaban asentamientos judíos y los egipcios bloquearon el Estrecho de Tirán (un paso por el que Israel desarrolla su comercio con los países de África Oriental y Asia) y ordenaron que las fuerzas de la ONU se retiraran del Sinaí. Los israelíes invocaron el derecho de defensa para lanzar un ataque preventivo, los derrotaron ampliamente y quedó bajo su control Judea, Samaria, Gaza, la península del Sinaí y las Alturas del Golán.
Como pareciera que esa tierra está condenada a no vivir en paz, en 1973 Siria y Egipto atacaron por sorpresa en el día más sagrado del pueblo judío, el Yom Kippur, luego de una contraofensiva israelí que se aprestaba a destruir el Tercer Ejército Egipcio –y a situarse a 80 kilómetros de la capital de El Cairo, mientras que en el frente sirio los tanques israelíes llegaron a situarse a 100 kilómetros de Damasco-, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, convenció al ministro de Defensa Moshé Dayán a no aniquilarlo, porque esa humillación no iba a ser perdonada nunca por los árabes y jamás podría haber paz.
Israel aceptó y llegó la propuesta norteamericano-soviética para el cese de hostilidades e iniciar las conversaciones de paz. Luego se lograron los famosos acuerdos de Camp David y el otorgamiento de premios Nóbel de la Paz (a Sadat y Beguin en 1978). En 1982 se realizó la Operación Paz para Galilea. Israel cansado de los ataques terroristas de los palestinos desde el sur del Líbano a ciudades del norte israelí, ocupó la zona.
Ulteriormente ocurren las intifadas u oleadas de violencia palestinas contra Israel. El Acuerdo de Oslo por el cual los palestinos reconocieron a Israel y los israelíes a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el establecimiento de un Estado Palestino.
Lo primero era crear confianza: los árabes siempre han querido destruir a Israel “lanzarlo al mar” y no reconocerlo como Estado, así lo quería Arafat y así lo siguen pretendiendo Hamás y el Hizbollah (dos movimientos calificados de terroristas por EE.UU y la Unión Europea). En este reconocimiento como Estado pleno que buscaban la ANP y su socio Hamás, éste último desconociendo a Israel y con las conversaciones de paz fracasadas por la intransigencia palestina, ¿cómo podía asegurarse la supervivencia de Israel y la paz en la región?
Se quiere un Estado palestino viable, en la zona dominada por la ANP con buenas relaciones políticas y económicas con Israel, pero en la región de Gaza Hamás realizó un golpe de Estado a la ANP, tiene de rehenes a un millón y medio de palestinos y continuamente lanzan misiles contra ciudades israelíes. ¿Se quiere un Estado palestino partido en dos, sin gobierno único y sin paz?
La ANP tiene que sentarse a negociar con Israel bajo los auspicios del “Cuarteto”, conformado por la ONU, EE.UU. la UE y Rusia.
¡Ahh! Me olvidaba: Jerusalén, la capital de Israel, es eterna e indivisible, su estatus no es negociable. Además, nunca hubo plena libertad religiosa como hoy. Bajo dominio árabe (Jordania), antes de 1967, cristianos y judíos no podían ni rezar (ver http://mgar.net/africa/jerusale.htm).
*Periodista. Analista Internacional. Miembro de la Prensa Extranjera. Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
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