Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 17 de marzo de 2011
El Látigo del Rufus
Actual universidad no es “Pontificia ni Católica” porque no forma parte de la estructura de la Iglesia católica
RICARDO SÁNCHEZ-SERRA (*)
Los dirigentes de la Universidad Católica que incumplen el Testamento de Riva Agüero, que se han declarado rebeldes frente al Arzobispado de Lima, que insultan al cardenal, que hacen caso omiso a la sentencia del Tribunal Constitucional, que desoyen el fallo de la Quinta Sala Civil de Lima, que acuden a una corte internacional a través de terceras personas para enjuiciar al Estado Peruano, que acusan a los jueces que les son contrarios… en fin, La Católica contra el mundo porque pierde el juicio.
Pretenden hacerse las víctimas, cuando ellos son los verdugos. Están en falta por no cumplir la última decisión, el testamento de un benefactor católico, que señala que la Junta de Administración de su legado es perpetua e insustituible.
La voluntad de Riva Agüero es clara y se encuentra en su testamento de 1938. ¿Por qué La Católica quiere hacer prevalecer un testamento anterior (el de 1933)? Cualquier aprendiz de Derecho sabe que el último es el que vale, o ¿qué clase de Derecho está enseñando a sus alumnos?
Peor aún, engañan a los alumnos que “si entra el Arzobispado de Lima a la universidad, les cortarán el pelo, impondrá una vestimenta adecuada, las alumnas tendrán que llevar faldas que tapen las rodillas”, etc, etc. La verdad es otra. La actual administración es pueril, no va al fondo del asunto, porque está perdiendo el juicio, o mejor dicho, los juicios.
El testamento es claro, la Junta Administradora debe estar compuesta por el rector y un representante del Arzobispado de Lima. La cosa está clara, aquí no hay espacio para interpretaciones. La Católica debe respetar la voluntad del testador, o es que ¿hay intereses comerciales o prebendas personales de sus dirigentes que impiden hacerlo? ¿Por qué la desconoce ahora luego de 50 años de funcionamiento?
La actual universidad no es “Pontificia ni Católica” porque no rigen las disposiciones del Derecho Canónico, ni tampoco las de Juan Pablo II en Sapientia Cristiana. Asimismo, no han incluido en su estatuto la Constitución Apostólica “Ex Corde Eclessiae”. Es obvio que por su naturaleza una universidad católica es aquélla que forma parte de la estructura de la Iglesia católica.
El Arzobispado de Lima ha publicado el libro “La Herencia de la Riva Agüero: que la verdad se haga luz e ilumine sobre las tinieblas”, en donde se encuentran todos los documentos de la controversia con La Católica y se explican detalladamente. Es más, lo pueden descargar gratuitamente en: http://www.arzobispadodelima.org/notasrivaaguero/
El 17 de marzo se cumplirá un año del trascendental fallo del Tribunal Constitucional que le da la razón al Arzobispado de Lima y por el cual toda sentencia de cualquier juzgado tiene que ir en concordancia con el citado fallo.
Los católicos tenemos una universidad que debe ser devuelta al catolicismo. No es posible que los caviares o comunistas asolapados se hayan apoderado de una universidad Pontificia y Católica.
Como señaló el cardenal Cipriani “tengo la particular responsabilidad de promover la PUCP, y especialmente de seguirla y asistirla en el mantenimiento y en el fortalecimiento de su identidad católica, es por ello que debo afirmar que la PUCP como universidad pontificia y católica debe mantener con la Iglesia, conmigo en mi doble condición de ordinario del lugar y de gran canciller, una vinculación que es esencial para su identidad institucional”.
Agrega “no le pido a la PUCP un sometimiento y un limitar sus capacidades intelectuales o la enorme preocupación de buscar la verdad en temas y situaciones difíciles como el mundo de la bioética, o el mundo de la moral matrimonial; pero sí le pido: “tiene usted universidad que incorporar las normas generales de mi madre, de la Iglesia”, que están contempladas de manera específica por voluntad de Juan Pablo II en la Constitución Apostólica “Ex Corde Ecclesiae”, documento del año 1990, y el Código de Derecho Canónico”.
“Por eso –añade–, es preciso aclarar que esta inclusión de su identidad católica de ninguna manera supone una limitación a la llamada libertad de cátedra, son palabras que si no se especifican se convierten en un letrero que no se sabe qué contenido tiene. Uno sabe que, cuando va a la universidad católica está en un marco axiológico de una propuesta católica, por lo tanto esa libertad académica –dice el Papa– “no justifica posiciones que contradigan la fe y la enseñanza de la Iglesia”.
“La Universidad Católica se debe consagrar sin reservas a causa de la verdad, esta es la manera de servir a la dignidad de la persona y a la causa de la Iglesia que tiene la íntima convicción que la verdad, es su verdadera aliada; y que el saber y la razón son fieles servidores de la fe”, dijo el cardenal.
Recientemente en Diálogo de Fe, el cardenal Cipriani mostró públicamente su preocupación por las altas pensiones que pagaban los estudiantes y por los bajos salarios de algunos profesores. Todo se revertirá cuando las actuales autoridades universitarias acaten los fallos judiciales y se instale la Junta de Administración que Riva Agüero ordena en su testamento.
(*) Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera.
Email: sanchez-serra9416@hotmail.com / Blog: http://rsanchezserra.blogspot.com/
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