jueves, 16 de abril de 2009
Expulsar diplomáticos norteamericanos es el nuevo deporte. Publicado en la Revista ASID´CLARO, de Lima- Perú, Abril de 2009
Publicado en la Revista ASID´CLARO Abril de 2009
La diplomacia “show” y sus subrepticias intenciones
Expulsar diplomáticos norteamericanos es el nuevo deporte
Por Ricardo Sánchez-Serra*
Bolivia, Ecuador y Venezuela están en una irresponsable, irracional e imprudente competencia para ver quién gana expulsando más diplomáticos norteamericanos de sus países, abusando así de la Convención de Viena que regula las Relaciones Diplomáticas.
Está claro que es potestad de un Estado declarar persona non grata a un diplomático que se inmiscuye en sus asuntos internos, pero la forma en que lo están haciendo, sin mostrar las pruebas contundentes de su proceder, denota no sólo su antinorteamericanismo clásico, sino también una conducta intolerante y a la vez cobarde de expulsar a “chivos expiatorios”, ante la imposibilidad de romper relaciones con Estados Unidos de América, como sería su pasión, su escondida intención, pero incapaz de hacerlo por miedo a las críticas internas y externas, a perjudicarse y aislarse internacionalmente y a exponerse a represalias económicas.
Qué casualidad que las citadas naciones han disminuido considerablemente la lucha antidrogas –al final el perjudicado será su propia población-, las tres simpatizan y/o cooperan con los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las tres quieren la penetración rusa en Sudamérica, los tres persiguen una Organización de Estados Americanos sin Estados Unidos y las tres son amigas de la paria nación de Irán.
Asimismo, los tres mandatarios Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez, quieren perpetuarse en el poder mediante cambios en la Constitución, rompiendo las reglas de juego democráticas, los tres admiran el “exitoso” sistema y modelo económico cubano, los tres rechazan la globalización, la modernidad, los tratados de libre comercio, por lo que condenan al atraso a sus poblaciones. También se hermana menor, la Nicaragua de Daniel Ortega, está siguiendo el mismo camino desastroso.
Al margen que su diplomacia-show o diplomacia de payasos los está llevando a que el mundo los observe, no con seriedad y respeto como debe mirársele a cualquier mandatario, sino con comicidad, chacota o a la broma e incluso haciendo el ridículo al nuevo estilo del excéntrico Idi Amín Dadá, escenificado en el filme “El último Rey de Escocia”, por otra parte transmiten peligrosamente a otras naciones su carga ideológica del “socialismo del siglo XXI” e intervienen en asuntos internos de otros países mediante las “Casas del Alba”, cumbres de los pueblos y otras organizaciones indígenas y de solidaridad, al margen de su apoyo a los terroristas de las FARC.
Como la mejor defensa es el ataque, toda esta mascarada pretende ser encubierta mediante los escándalos, como por ejemplo el de Correa y Chávez –y de su “colita” Ortega- contra el correcto mandatario colombiano Alvaro Uribe, los insultos de Chávez y Morales al presidente peruano Alan García –que les puede enseñar cómo enfrentar la crisis económica internacional (al respecto no olvidemos que hasta el mandatario brasileño Lula, le pidió consejos antes de asistir a una cumbre con los países ricos)- y, de vez en cuando, aunque últimamente más seguido la expulsión de los diplomáticos norteamericanos, acusándolos falsamente por supuestos de complots, intrigas o de ser de la CIA. Y, aunque con menor frecuencia, no nos olvidemos que en esta danza también son víctimas los diplomáticos israelíes.
Todo con la intención de ocultar sus graves problemas internos (sofocando a la oposición política y violando los derechos humanos) y de intervenir subrepticiamente en los asuntos internos de otros Estados.
*Periodista. Miembro de la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú.
Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
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