La Iglesia siempre ve pasar los cadáveres de sus perseguidores

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La Iglesia siempre ve pasar los

cadáveres de sus perseguidores

Ricardo Sánchez Serra*

La Iglesia Católica desde hace más de 2,000 años ve pasar el funeral de sus perseguidores y lo va a seguir presenciando hasta el final de los tiempos, triunfando embate tras embate.

Por una parte, muchos ateos, agnósticos, liberales, incrédulos, morirán en el intento de pretender difamarla o destruirla; y, otros, como Saulo se convertirán ante el llamado de Dios:  “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

 —¿Quién eres, Señor? —preguntó.

—Yo soy Jesús, a quien tú persigues…”. Este es un hermoso pasaje de la Biblia (Hechos 9,1-20) premonitorio, de que muchos cambiarán, “porque Yo lo he escogido como instrumento, para que me dé a conocer a las naciones…”

Aunque “el final de los tiempos” ha sido presagiado en numerosas oportunidades, dejando sin piso a los pregonadores y “videntes”, y muestra de ello es que numerosos gobiernos están desafiando a Dios o colocándose en su lugar, como por ejemplo aprobando el pseudo “matrimonio” gay o decidiendo –mediante el aborto- la muerte de un recién nacido; es decir, el Estado está disponiendo quién vive y quién no, o resolviendo, contra la naturaleza, que se casen los homosexuales. Mañana será entre los animales y los seres humanos con los animales. Cuando se aprecien las aberraciones cometidas y se corrijan, vendrá esa nueva era de arrepentimiento y perdón a Dios, no esa destrucción porque Dios prometió un pacto con Noé: “estableceré mi pacto con vosotros, y no volveré a exterminar a todos los seres vivos… ni habrá más diluvio para destruir la tierra”.

Y si la tierra se destruye será por mano del hombre. Ya lo advirtió el Papa Francisco en su última encíclica "Laudato Sí", en la que critica a los políticos que "enmascaran" los problemas ambientales o subestiman las advertencias de los ecologistas y advierte que  "las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad...". 

Como señala el cardenal Juan Luis Cipriani, cabeza de la Iglesia católica en el Perú: “La historia juzgará a cada generación. La historia juzgará si lo que dejamos es un mundo mejor o un mundo perverso a los niños que no han llegado al mundo”.

No ahondo en este tema, porque será motivo de otro artículo.

VALIOSA ENCUESTA DE VOX POPULI

Me lleva a reflexión y a su vez con alegría, que muchas quimeras se destruyen como el castillo de naipes de liberales y manipuladores de cifras, de políticos y pseudos representantes de la opinión pública, para pretender que las leyes sean reemplazadas por otras más “acordes” al pensamiento actual y de “sociedades avanzadas”, aunque sean inmorales, atenten contra el Derecho Natural y reten a Dios.

Da repugnancia que inflen las cifras de violaciones o de prácticas gay para aprobar la muerte, que es el aborto, o las uniones gais. Pretenden impresionar a los legisladores que las minorías se están convirtiendo en mayorías para que dispongan normas de acuerdo a sus designios.

La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de obligar a todos los estados a legalizar el matrimonio homosexual es una catástrofe para la humanidad, porque además que destruye la familia y su propia sociedad, tienden a exportar al mundo esa escabrosa práctica inmoral.

Es de particular importancia el "Estudio de Opinión Sobre la Religión Católica, la Familia y la Vida" que acaba de ser publicado por una firma tan seria y notable como Vox Populi, que dirige el prestigioso consultor Luis Benavente Gianella, ex director Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, la más acertada y honesta de las encuestadoras en su época.

En el estudio se destaca el valor de la familia la defensa de la vida, el rechazo al “matrimonio” homosexual y la importancia de la Iglesia Católica en el Perú.

Aproximadamente el 94% son católicos y evangélicos (protestantes), del cual 89% señala que la familia es el aspecto más valorado en la vida. Esta cifra aumenta al 98% en la importancia de su vivencia personal.

De otro lado, el 65% desaprueba la homosexualidad y un 79% rechaza el “matrimonio” homosexual. 

El 92% se opone la legalización del consumo de drogas y el 89% condena el aborto. Cabe destacar que el 88% de los peruanos no votaría por un candidato presidencial que apoye el aborto. 

Esta “señal” me hace acordar que en las elecciones presidenciales del 2011, el ex mandatario Alejandro Toledo, que lideraba las encuestas para las elecciones presidenciales con un 36%, en una conferencia ante la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), se mostró partidario del aborto (Carlos Bruce era entonces su consejero), la unión gay y la legalización de las drogas. La población indignada lo castigó y ni pasó a la segunda vuelta.

Con respecto a la Iglesia Católica, el 79% confía en ella y el 63% estima que influye en la sociedad, pero una ligera mayoría cree que debe opinar sobre política y el 87% “considera que el mensaje de la Iglesia Católica para la promoción y defensa de los valores cristianos tiene especial importancia”. El 88% opina que "si viviéramos guiados por los valores de la religión la gente sería más honesta". Y el 74% reconoce que sería positivo que personas con valores religiosos estuvieran en el gobierno.

Finalmente, los comunistas, liberales y opositores al Cardenal Cipriani sufren un duro revés, a pesar de la campaña agresiva y sistemática en su contra: el 61% aprueba su labor pastoral, que aumenta a 65% en los sectores D y E. Ésta es la realidad, objetiva y veraz.

El cardenal defiende los principios prístinos de la Iglesia, los valores y la vida de manera acertada, oportuna y con voz profunda y firme.

Debemos estar alerta porque los enemigos de Dios y de la Iglesia Católica seguirán al acecho, maquillando cifras con perversidad y tratando de convencer a los incautos.

*Analista internacional.
Miembro de la Prensa Extranjera