Uruguay,
sociedad solidaria. ¿Y el Perú?
Ricardo Sánchez Serra
La decisión del presidente
uruguayo Pepe Mujica, de otorgar refugio humanitario a varias familias sirias
que huían de la guerra en su país, es un gesto encomiable, destacable y digna
de imitar por otras naciones, entre ellas el Perú.
Ver las imágenes por
televisión de varios niños sirios jugando al fútbol, disfrutando de su niñez,
alejados de la atrocidad que vivían por la guerra civil en su nación, nos llena
de emoción y felicidad y es un gran motivo de orgullo para Uruguay, que fue el
primero en América Latina, en recibir bajo su protección a unas 5 familias, 42 personas.
Ellas se encuentran en el
Hogar San José, Casa de Retiro de los Hermanos Maristas en Montevideo y serán
reasentadas en la sociedad uruguaya, recibirán clases de español y les
explicarán cuáles son los hábitos y costumbres, respetando su religión. El
Estado brindará acceso a la salud, educación, vivienda y trabajo.
Son tres millones de sirios
que viven refugiados en Líbano, Jordania y Turquía. Existen otros seis millones
de desplazados internamente y que va en aumento debido a la gravedad de la
situación por la ofensiva de los terroristas del Estado Islámico (EI), que han
aprovechado la inestabilidad en Siria e Irak, imponiendo una política de horror
provocada por la incapacidad de Occidente y su intervencionismo, que al tratar
de “democratizar” dichas sociedades, el
remedio resultó peor que la enfermedad.
Las familias sirias fueron
seleccionadas de los campamentos del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en el Líbano. Otras 72
personas esperan viajar a Uruguay en febrero.
Mujica, con este gesto, ha
demostrado gran sensibilidad y solidaridad: “Como no podemos evitar la guerra, tenemos que
mitigar sus efectos”, señaló este gran mandatario (aunque de otro lado tenemos
que dejar sentada nuestra oposición a la aprobación del aborto, la unión gay y
la legalización de la marihuana durante su gestión) que pedirá en la próxima
cumbre de Unasur que otros países reciban a más refugiados sirios y les den la
oportunidad de rehacer sus vidas, lejos de la guerra. Un 70% de los uruguayos
apoya la decisión de su presidente.
El “Pepe” ha puesto el nombre de Uruguay en la
cúspide de la opinión pública mundial y lo felicitamos, y debemos unirnos a la
solidaridad uruguaya acogiendo a otros hermanos sirios. La ayuda siempre será
insuficiente, pero tenemos que poner nuestro granito de arena. Hace tiempo que
exigimos al Gobierno que nuestra Cancillería se distinga de otras, que impulse
los valores en las relaciones con los países, el respeto irrestricto del
Derecho Internacional, como por ejemplo, el apoyo a la libre determinación del
pueblo saharaui.
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