Publicado en el diario La Primera, de Lima, Perú, el 3 de julio de 2011
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/especial/chantaje-inadmisible_89527.html
CHANTAJE INADMISIBLE AL NUEVO GOBIERNO
OPINIÓN. El autor afirma que diplomáticos marroquíes maniobran para impedir que el nuevo gobierno reconozca a la República Árabe Saharaui Democrática.
Chantaje inadmisible
POR RICARDO SANCHEZ-SERRA
Marruecos es acusado de violar los derechos humanos de los saharaui.
El cuento de las inversiones
Los marroquíes engañan diciendo que su país es la puerta al mundo árabe y que sin ellos es imposible ingresar. ¡Falso! Cada país árabe es un mundo diferente y se manejan muy peculiarmente, lo estamos viendo. En quinto lugar, para intentar que no se restablezca relaciones con la RASD prometen millones de inversiones, que nunca llegan, y así paran “meciendo” a los gobiernos.
En el Plan de Gobierno de Gana Perú, en el ítem 8.12 “Solidaridad Internacional”, se enuncia el apoyo a la independencia del pueblo saharaui y por ende el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que como se sabe fueron “congeladas” en 1996 por el entonces Canciller Francisco Tudela.
Desde esa fecha numerosas delegaciones diplomáticas saharauis llegaron al Perúpara indagar sobre el por qué de la “suspensión”. Nadie les ofreció una explicación. Entretanto, numerosas personalidades, políticos, congresistas y candidatos presidenciales solicitaban al gobierno de turno que el Perúrestablezca las relaciones con la RASD –instituida en 1984-. Es así que el 24 de octubre de 2005, los candidatos Alan García, Valentín Paniagua, Alberto Andrade, David Waisman, Javier Diez Canseco yLourdes Flores Nano dirigen una carta al entonces mandatario Alejandro Toledo, sin resultados.
Ya en el gobierno, García pospuso su propia promesa que hizo al presidente saharaui Mohamed Abdelaziz el 15 de enero de 2007 –durante la asunción del mandatario ecuatoriano Rafael Correa- que al siguiente mes lo haría y así han pasado los años sin que ocurra nada por el fuerte lobby marroquí imperante, que ha invitado a numerosos congresistas, políticos, periodistas y personalidades a Marruecos con todos los gastos pagados, intentando comprar conciencias. El propio presidente García señaló al suscrito que la restablecería antes que termine su gobierno. Ello se ve ya poco probable.
Territorio invadido
Para mejor entendimiento del problema debemos mencionar que Marruecos invade el territorio del Sáhara Occidental en 1975. Los saharauis huyen a la frontera con Argelia y se establecen en campamentos en la localidad de Tinduf, en donde viven actualmente unos 180 mil, en donde pudimos comprobar personalmente el último diciembre, que viven en condiciones muy penosas esperando el ansiado referéndum para su autodeterminación prometido por las Naciones Unidas. Mientras, en los territorios ocupados, la violación a los derechos humanos de los saharauis por parte de las fuerzas represoras marroquíes es práctica de todos los días.
Para que se vea la validez jurídica de la posición saharaui, la Corte Internacional de Justicia de La Haya establece que “no existe ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y el reino de Marruecos”, además existen cientos de resoluciones de la ONU que apoyan la descolonización y los legítimos derechos del pueblo saharaui. Ninguna nación del mundo reconoce la invasión marroquí.
El chantaje
El presidente electo, Ollanta Humala, en su discurso al Cuerpo Diplomático, el 24 de junio último, dijo que tendría buenas relaciones con todas las naciones del mundo sin distinción y respetaría todos los tratados.
Pues bien, diplomáticos marroquíes han buscado a varios asesores de Humala, para advertirles que si el nuevo gobierno restablece las relaciones con la RASD, romperían relaciones y cerrarían su embajada. Ello es una amenaza y un chantaje inadmisible para un Estado soberano como el Perú que no se debe permitir.
¿Por qué los marroquíes nos van a imponer condiciones? En primer lugar, las dos embajadas pueden convivir. Nadie quiere que se vayan, pero tampoco se puede acceder a sus caprichos. En segundo lugar, el intercambio comercial es casi nulo, así que el Perú no se perjudica. En tercer lugar, ellos tienen la costumbre de amenazar a otros gobiernos con irse y si se reconoce a la RASD se van y al poco tiempo regresan, porque no les conviene dejarles el campo libre propagandísticamente hablando.
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