jueves, 15 de octubre de 2009

Acciones en Defensa para democratizar patriotismo y elevar autoestima de soldados

Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 15 de Octubre de 2009


El Látigo del Rufus

Saludables iniciativas para mejorar bienestar y logística de uniformados

Acciones en Defensa para democratizar
patriotismo y elevar autoestima de soldados


Ceremonias patrióticas deben masificarse e integrarlas en lo más profundo

Ricardo Sánchez-Serra (*)

Desde que ingresó a la cartera de Defensa, Rafael Rey, ha dado un brío personal en la conducción del Ministerio. Su primer objetivo está siendo cumplido y es apoyar y levantar la moral de los efectivos de las Fuerzas Armadas que luchan contra el terrorismo y que estaban emocionalmente disminuidas no sólo por la falta de logística, sino también abandonadas desde el punto de vista legal por el Estado.

El bienestar de los soldados es también su preocupación y se encuentra mejorando sus condiciones de vida en las zonas de emergencia y de frontera. Asimismo, logró se les aumente su seguro de vida.
Su anhelo es que el Perú tenga un Ejército muy profesional y una verdadera fuerza disuasiva.

Tuvo una destacada participación para que la comunidad internacional respalde al Perú en el tema del ofensivo ejercicio militar chileno “Salitre 2009” y presione a Santiago, logrando que a regañadientes y tardíamente los sureños inviten al Perú como observador y mejor aún que cambien su escenario hipotético de conflicto, hechos que fueron admitidos por el boca floja ministro de Defensa de Chile, Francisco Vidal.

Himno Nacional

De otro lado, Rey dispuso que en las ceremonias militares se cante la sexta estrofa del Himno Nacional, en vez de la primera, que como se sabe es apócrifa y no figura en el original de José de La Torre Ugarte, autor de la letra ganadora del concurso convocado por el Libertador José de San Martín.

En adelante, entonces, se debe cantar “En su cima los Andes sostengan, / la bandera o pendón Bicolor, / que los siglos anuncie el esfuerzo / que ser libres, por siempre nos dio. / A su sombra vivamos tranquilos, / y al nacer por sus cumbres el sol, / renovemos el gran juramento / que rendimos al Dios de Jacob”.

Como es conocido, la primera estrofa (“Largo tiempo…”) es derrotista, sumisa y hiere la dignidad nacional, pero ante todo es apócrifa y fue adoptada sólo por la costumbre. Felizmente que, en justicia, la decisión de Rey es acertada y sería conveniente que el Ministerio de Educación adopte una medida similar para uniformizar el Himno Nacional en todos los colegios del Perú. Ya el presidente Alan García, en una ceremonia en la Embajada de Brasil, dio el ejemplo y cantó la nueva estrofa.

Masificar ceremonias patrióticas

Por otra parte, creemos que Rey tiene una misión superior ante la sociedad peruana y es que las ceremonias patrióticas deben dejar de ser sólo de los militares –una de las pocas excepciones es el desfile de Fiestas Patrias– y de una pequeña cúpula de civiles, para masificarlas e integrarlas en lo más profundo de la civilidad, para que así las futuras generaciones rindan homenaje, vivan realmente e imiten el sacrificio de nuestros héroes, de aquellas personas que ofrendaron sus vidas por la grandeza de nuestra patria. Ya bastante daño ha hecho la eliminación del curso de Educación Pre Militar en los colegios.

En muchos casos se debe dar real importancia al aniversario de los héroes, no sólo de los “tres grandes”: Grau, Bolognesi y Quiñones. Sino también de otros grandes como San Martín, Unanue, Castilla, Cáceres, Ponce, Sáenz Peña, Zela, entre otros, con directa participación del Ministro de Defensa (su propia investidura realza la ceremonia y atrae el interés de la prensa) y con la intervención masiva de civiles, incluido escolares. Sólo así florecerá el patriotismo y se engrandecerá el amor a la patria.

Cuando fui Prefecto del Callao pude comprobar que casi todas las ceremonias eran presididas por militares, con muy escasa participación de los civiles, quienes eran relegados a lugares marginales del evento. Recuerdo, por ejemplo, el aniversario de la toma del Real Felipe, el día del Guardacostas, entre otros. Tengo la impresión que en provincias ha mejorado el sistema con la participación más activa del presidente regional, los municipios y colegios.

Párrafo aparte merece, en mi concepto, el homenaje al almirante francés Abel Bergasse du Petit Thouars, el 16 de enero de cada año. Me apenó asistir a uno de ellos: el de mayor rango jerárquico era el embajador francés, un representante del ministro de Defensa, un representante de la Municipalidad de Lima, una delegación del colegio Belén, un par de historiadores y unos modestos discursos. En verdad de lo más pobre, sin pretender desmerecer el entusiasmo y la valía de los asistentes.

Sinceramente el almirante Petit Thouars merece no sólo un monumento más grande en su honor, por haber evitado el bombardeo y saqueo de Lima en la guerra del Pacífico, sino que en la fecha conmemorativa del aniversario de la Defensa de Lima –el 16 de enero–, las Fuerzas Armadas deben realizar un gran desfile militar, que cuente con la presencia de las más altas autoridades políticas y militares de Perú y Francia, y del propio ministro de Defensa. Tenemos la obligación de despertar a la ciudadanía.

Otro personaje olvidado, es sin duda, la madre Hermasia Payet (o Paget), Superiora de los Sagrados Corazones, quien gracias a la amistad con Petit Thouars, salvaron a Lima de la destrucción por las huestes chilenas en la Guerra del Pacífico.

La madre Payet buscó a Petit Thouars y le pidió que intercediera ante los chilenos para que no destruyeran la capital peruana. El almirante francés le dijo: “Los chilenos quieren saquear y quemar Lima. Pero aquí estoy yo y sabré defenderla... no tenga cuidado madre, pues si se atreviesen los enemigos a bombardear Lima, a saquear esta ciudad o a cometer otros crímenes, le aseguro que al primer disparo echo a pique su escuadra; y diga usted a las familias de sus alumnas que pueden estar tranquilas en su convento”.

Con respecto a los restos de la madre Hermasia Payet, que se encuentran en el cementerio Presbítero Maestro, éstos deben ser trasladados, por merecimiento y en justicia, al Panteón de los Próceres. El pedido de numerosos historiadores, y miles de ex alumnas del Colegio Belén, fue transmitido a otros ministros de Defensa y a varios primeros ministros, sin resultado. Habría un impedimento legal: que la madre Payet era civil y no murió en combate. ¡Habrase visto!
El ministro Rey tiene la palabra.

*Periodista. Miembro de la Asociación de Prensa Extranjera

Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
Blog: http://rsanchezserra.blogspot.com

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