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La
grandeza de Petit Thouars
Ricardo Sánchez Serra
Lima acaba de conmemorar
134 años de las infaustas batallas de San Juan y Miraflores, en donde muchos
peruanos se inmolaron, lo mejor de nuestra juventud y niños, en defensa de la
patria.
Los chilenos tenían la
bárbara costumbre de arrasar los campos e incendiar las ciudades: recuérdese la
desgraciada expedición Lynch y las quemas y saqueos en Cañete (San Antonio y
Mala) y luego Chorrillos y Barranco.
La capital quedaba a merced
de la soldadesca chilena y tres personajes evitaron que sea reducida a cenizas:
la Madre Hermasia Paget, el almirante francés Abel Bergasse du Petit Thouars y
Santa Rosa de Lima.
La madre Hermasia Paget era
superiora de la Congregación de los Sagrados Corazones, compatriota y amiga de
Petit Thouars, devoto de Santa Rosa de Lima y jefe de la escuadra internacional
neutral acantonada en el Callao.
Ante el llamado de la madre
Paget para que salvara Lima, Petit Thouars –que regresó de inmediato de
Valparaíso- se entrevistó con el general chileno Manuel Baquedano González y le
advirtió que si incendiaba la capital hundiría la flota chilena. Otro
historiador señala que Baquedano le dijo “no podré contener a mis leones”, respondiendo
Petit Thouars “entonces yo no podré contener a mis cañones”.
Los historiadores chilenos
tergiversan y niegan tal conversación y señalan que el jefe de la escuadra
neutral era el inglés Sterling y que solo defendían los intereses de sus
connacionales en Lima y para reírse: expresaban que su flota era superior a la
francesa, italiana y británica. ¡Que se la crean ellos!
Cuando le agradecían a
Petit Thouars por defender a Lima, él humildemente mencionaba que era Santa
Rosa de Lima la que salvó la ciudad.
El Perú está en deuda con
la madre Paget, porque la burocracia del Ministerio de Defensa –aduciendo temas
legales- no autoriza aún que la inhumen en el Panteón de los Próceres.
Asimismo, falta
grandiosidad en el homenaje que Lima le hace todos los años a Petit Thouars,
pues la más alta autoridad que asiste es el embajador francés y por la parte
peruana –salvo la dirección del Colegio Belén- van solo meros representantes
del ministro de Defensa, de la Comandancia de las Fuerzas Armadas, etc. ¿Los
titulares estarán tan ocupados como para no rendirle la pleitesía que se
merece?
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