miércoles, 21 de enero de 2015

La grandeza de Petit Thouars

Publicado en el diario LA RAZÓN, de Lima-Perú, el 21 de enero de 2015


http://larazon.pe/opinion/9609-la-grandeza-de-petit-thouars.html/





La grandeza de Petit Thouars

Ricardo Sánchez Serra

Lima acaba de conmemorar 134 años de las infaustas batallas de San Juan y Miraflores, en donde muchos peruanos se inmolaron, lo mejor de nuestra juventud y niños, en defensa de la patria.

Los chilenos tenían la bárbara costumbre de arrasar los campos e incendiar las ciudades: recuérdese la desgraciada expedición Lynch y las quemas y saqueos en Cañete (San Antonio y Mala) y luego Chorrillos y Barranco.

La capital quedaba a merced de la soldadesca chilena y tres personajes evitaron que sea reducida a cenizas: la Madre Hermasia Paget, el almirante francés Abel Bergasse du Petit Thouars y Santa Rosa de Lima.

La madre Hermasia Paget era superiora de la Congregación de los Sagrados Corazones, compatriota y amiga de Petit Thouars, devoto de Santa Rosa de Lima y jefe de la escuadra internacional neutral acantonada en el Callao.

Ante el llamado de la madre Paget para que salvara Lima, Petit Thouars –que regresó de inmediato de Valparaíso- se entrevistó con el general chileno Manuel Baquedano González y le advirtió que si incendiaba la capital hundiría la flota chilena. Otro historiador señala que Baquedano le dijo “no podré contener a mis leones”, respondiendo Petit Thouars “entonces yo no podré contener a mis cañones”.

Los historiadores chilenos tergiversan y niegan tal conversación y señalan que el jefe de la escuadra neutral era el inglés Sterling y que solo defendían los intereses de sus connacionales en Lima y para reírse: expresaban que su flota era superior a la francesa, italiana y británica. ¡Que se la crean ellos!

Cuando le agradecían a Petit Thouars por defender a Lima, él humildemente mencionaba que era Santa Rosa de Lima la que salvó la ciudad.

El Perú está en deuda con la madre Paget, porque la burocracia del Ministerio de Defensa –aduciendo temas legales- no autoriza aún que la inhumen en el Panteón de los Próceres.


Asimismo, falta grandiosidad en el homenaje que Lima le hace todos los años a Petit Thouars, pues la más alta autoridad que asiste es el embajador francés y por la parte peruana –salvo la dirección del Colegio Belén- van solo meros representantes del ministro de Defensa, de la Comandancia de las Fuerzas Armadas, etc. ¿Los titulares estarán tan ocupados como para no rendirle la pleitesía que se merece?

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