Publicado en el diario LA RAZÓN, de Lima-Perú, el 10 de diciembre de 2014
Tabaré
Vázquez y su receta exitosa en Uruguay
Ricardo Sánchez Serra
Las elecciones en Uruguay son
un ejemplo de democracia en el continente. Mientras en otros países
generalmente hay acusaciones de corrupción o de falta de limpieza electoral,
por parte generalmente de los que son derrotados, el candidato presidencial del
Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, no solo felicitó al ganador, el médico Tabaré
Vázquez, del Frente Amplio, sino que expresó enfáticamente que: “los resultados
se acatan, se respetan y se defienden”. No es un gesto, es ya una costumbre
democrática uruguaya.
Vázquez, que fue presidente
entre el 2004 y 2009, triunfó con más de 12 puntos de ventaja y fue el mandatario
más votado en la historia del Uruguay, de los últimos 70 años. Son tres
gobiernos consecutivos del Frente Amplio, cuya característica principal es el
fuerte apoyo a los programas sociales, además de un manejo económico exitoso.
Y es sorprendente, por cuanto,
la alternativa en el poder se la disputaba los partidos tradicionales de centro
derecha: Nacional y Colorado y ante una tercera fuerza política, de acuerdo al
sistema electoral previsto por la nueva Constitución de 1997, se unían y
resultaban vencedores. Pero ante ese procedimiento electoral, el pueblo
uruguayo votó masivamente por el centro izquierdista Frente Amplio y así
Vázquez fue elegido en primera vuelta en el 2003, dejando la presidencia con un
80% de aprobación. En Uruguay está prohibida la reelección inmediata.
Y cómo no repetir la curación:
durante los gobiernos de Vázquez y José Mujica la pobreza disminuyó del 40% a
11%, la pobreza extrema de 5% a 0.5%. Asimismo, el crecimiento económico fue
del 5.5% de promedio y el ingreso anual per cápita es de casi 14 mil dólares.
Entre sus tareas está
recomponer las relaciones con Argentina, mejorar la educación y la seguridad
ciudadana.
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