PUBLICADO EN EL DIARIO LA RAZON, DE LIMA-PERU, EL 1 DE AGOSTO DE 2012
Por Ricardo Sánchez-Serra
Nunca confié en el mandatario
de Ecuador Rafael Correa y se lo expresé en un almuerzo hace unos años al destacado
embajador ecuatoriano Diego Ribadeneira: “A su presidente no le creo nada, es un
cínico”, le expresé.
Recuerdo que se lo dije poco
después de la “Operación Fénix”, realizada por militares de Colombia contra un
campamento de las terroristas FARC en Ecuador y que motivara la reacción de
Correa contra Bogotá al tiempo que mencionaba que no protegía a las FARC, a
pesar que se denunció que un ministro suyo había recibido dinero de esa
organización subversiva para su campaña presidencial.
Dudé de mi afirmación
cuando Ecuador y Perú firmaron un tratado de límites marítimos, en mayo de
2011, dejando sin piso a Chile, que pretendía involucrar a Ecuador en su
defensa ante la decisión peruana de llevar a Santiago al Tribunal de La Haya
para que solucione el diferendo marítimo entre los dos países.
Pero el 26 de julio de 2012
Chile y Ecuador firmaron un acta donde señalan que los acuerdos de pesca de
1952 y 1954 determinan la delimitación marítima.
Si bien este acto
ecuatoriano es una puñalada por la espalda al Perú, debe recordarse que en el
Derecho Internacional las fronteras se señalan por un tratado que expresamente
las fije y con Chile no lo tenemos.
¿Cuántos políticos y
diplomáticos peruanos acudirán a la Embajada de Ecuador para reverenciar a ese
país en su día nacional el próximo 10 de agosto, luego de esta ignominia?
*Periodista. Miembro de la Prensa Extranjera. Analista internacional
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Twitter: @sanchezserra
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