Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 1 de diciembre de 2010
EL LATIGO DEL RUFUS
Francia, ¿”mon amour”?
Por Ricardo Sánchez-Serra*
La descolonización de muchos países ha sido cruenta, brutal e irracional, debido a la tozudez de las potencias de querer perennizarse en el territorio ocupado y continuar explotando a la población y los recursos naturales.
En la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña reclutaba soldados de sus colonias –a parte que a los nativos se les consideraba como ciudadanos de segunda-, como por ejemplo a los indios (habitantes de la India, no se dice hindúes, porque son los que profesan el hinduismo) y Francia a los argelinos, a quienes a pesar de haberlos ayudado a liberar París de los nazis, los trataban con inferioridad e incluso jamás los consideraron para las indemnizaciones y/o jubilaciones. Muchos murieron esperando ese reconocimiento. Se calcula que unos 200 mil soldados argelinos estuvieron bajo el mando de las fuerzas armadas francesas.
Mientras que otros países se retiraban de sus colonias, algunos “honorablemente”, Francia se empecinó y tuvo catastróficas derrotas en Indochina y Argelia. Tuvo que retirarse sin honor ni gloria y peor aún con la imagen completamente mellada por el vandalismo, la tortura generalizada y las matanzas indiscriminadas realizada por sus tropas de ocupación.
Luego de una revuelta de las fuerzas independentistas argelinas por el que murieron entre 50 y 100 franceses o pieds-noirs (colonizadores), en represalia los franceses asesinaron a 50 mil argelinos en Setif, en 1945. En total, en la larga guerra de independencia murieron 1,5 millones de civiles argelinos, además, los galos destruyeron 8.000 aldeas.
Si bien el embajador francés en Argel dijo que la masacre de Setif fue una 'tragedia inexcusable', el presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, exigió que París admita su responsabilidad. El mandatario francés, Nicolás Sarkozy, sólo se limitó a criticar el pasado colonial de su país en Argelia y pidió no detenerse en ese pasado y mirar al futuro. ¡Qué lejos de la actitud del presidente italiano Silvio Berlusconi, que pidió perdón a Libia por “las profundas heridas” provocadas por la colonización italiana (1911-1942) y que indemnizó, asimismo, con 5 mil millones de dólares!
O, igualmente, la conducta de Japón, que pidió perdón públicamente a Seúl por el "sufrimiento" causado durante la colonización de Corea (1910-1945), entre otros casos ejemplares.
París es injusta, igualmente, con el pueblo saharaui a quien el continuo uso de sus vetos en el Consejo de Seguridad, bloquean su autodeterminación y el respeto a los derechos humanos frente a las tropelías marroquíes. Pareciera que quiere –junto con España- que haya guerra, para continuar vendiéndole armas al despótico rey Mohamed VI.
Francia continúa negándose a presentar excusas por su barbarie en Argelia, a pesar que el general francés Paul Aussaresses, jefe de inteligencia en Argelia, durante la guerra de independencia, corrobora en su libro “Servicios especiales, Argelia 1955-57”, que la tortura se aplicó a los argelinos de manera extendida, así como las ejecuciones sumarias, por los que no se arrepiente y es más, se siente orgulloso. ¿Qué habrá querido decir Arthur Schopenhauer cuando dijo “otras partes del mundo tienen monos. Europa tiene franceses. Una cosa compensa la otra”?
Sin embargo, por esos delitos –aplicados por él mismo- Aussaresses y muchos otros, no están presos debido a la amnistía decretada por el gobierno galo. Él, que acaba de cumplir 92 años, a pesar de sus confesiones y jactancias, sigue libre. Sólo fue multado con 7.500 euros por su libro, que hacía apología a los “crímenes de guerra”. Deshonor para él y para Francia, de quien Otto von Bismarck señaló “nada que venga de Francia puede ser bueno”.
*Periodista. Miembro de la Asociación de Prensa Extranjera
Email: sanchez-serra9416@hotmail.com
Blog: http://rsanchezserra.blogspot.com
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