El Látigo del Rufus
Por Ricardo Sánchez Serra (*)
Todos los informes sobre derechos humanos en el Sahara Occidental culpan a Marruecos por su permanente y sistemática violación a los derechos fundamentales del pueblo saharaui.
Human Rights Watch, el pasado diciembre; el Departamento de Estado de Estados Unidos en febrero del año 2009; y, un documento secreto de la Organización de Naciones Unidas (ONU) del año 2006, coinciden en señalar el uso de torturas, violaciones, persecución a opositores, secuestros, juicios injustos, acoso policial, inexistencia de la libertad de prensa, etc., por parte de la monarquía absolutista alauí del todopoderoso Mohamed VI, contra el pueblo saharaui, en el territorio invadido del Sahara Occidental.
Cuando un territorio no pertenece a una nación y más bien éste es ocupado por una potencia extranjera, entonces sucede toda clase de tropelías contra los pobladores originarios de la región. Se busca exterminar a los nativos, despojarles de sus riquezas y expoliar sus recursos (como por ejemplo los ricos fosfatos de Bucraa y con una de las riquezas marinas más importante del mundo, que le rinden más de US$ 5.000 millones).
Eso, desgraciadamente, está sucediendo en el Sahara Occidental, como aconteció siglos atrás con las grandes potencias cuando se apoderaban de territorios en ultramar y esclavizaban a los aborígenes o los eliminaban.
Esta es una razón más para mencionar que el Sahara Occidental nunca fue territorio marroquí, además que sus pobladores autóctonos son los saharauis, una etnia diferente a los originarios de Marruecos, incluso hablaban el dialecto hasanía, un derivado del árabe. Hoy, más bien, hablan el árabe y la segunda lengua es la española, única nación de habla hispana en Africa. Su orden social era de tipo democrático tribal: los saharauis estaban unidos en torno a una forma de vida económica (ganadería, comercio, agricultura, pesca) y política (sistema de gobierno pan tribal), y una cultura propia. Todo ello constituye una idiosincrasia distintiva de la sociedad saharaui. Los saharauis son famosos por ser tolerantes, abiertos y pacíficos. Nunca fueron involucrados en cualquier forma de extremismo político o religioso.
La ONU nunca aprobó la ocupación ni la anexión marroquí del Sahara Occidental. Es más, una sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya señala que no existe ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y el Reino de Marruecos o la entidad mauritana. Por lo tanto, el Tribunal no ha encontrado vínculos jurídicos de tal naturaleza que pudieran afectar a la aplicación de la resolución 1514 (XV), en la descolonización del Sahara Occidental y, en particular, del principio de la libre determinación mediante la expresión libre y auténtica de la voluntad de los pueblos del territorio.
La Asamblea General había reconocido el derecho inalienable del pueblo saharaui a la libre determinación e independencia, e hizo un llamado para el ejercicio de ese derecho de conformidad con la Resolución de la Asamblea General 1514 (XV), que contiene la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países coloniales y de los Pueblos.
Volviendo al tema de la violación a los derechos humanos por parte de Marruecos, ellos invadieron el territorio saharaui para realizar una limpieza étnica: mataron a miles de saharauis y los que huyeron –más de 180 mil– viven en los campos de refugiados en Argelia o en parte del territorio libre de la República Arabe Saharauí Democrática, asistidos por Argel y la comunidad internacional.
Las manifestaciones de los saharauis son reprimidas muy duramente por las fuerzas de seguridad marroquíes y los participantes encarcelados y torturados, existen numerosos presos políticos, desaparecidos. Centenares de saharauis se enfrentan a juicios injustos y 32 detenidos políticos aún están encarcelados en centros de detención marroquíes donde los métodos más crueles de tortura física y fisiológica se practican con impunidad. Todo el territorio ocupado ha sido sometido a un asedio militar y un silencio total de los medios de comunicación, mientras que autoridades de Marruecos deniegan el acceso a las organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación internacional y observadores.
El informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2006) llamó la atención sobre la muy alarmante situación de los derechos humanos en el territorio ocupado del Sahara Occidental, y concluyó que “como se ha indicado en diversas resoluciones de la ONU, el derecho a la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental debe ser garantizado y ponerse en práctica sin más demora.
Igualmente se pronunció Human Rights Watch, que en su informe de 216 páginas condena a Marruecos por sus leyes represivas, violencia policial y procesos judiciales injustos para castigar a los saharauis que defienden de manera pacífica la independencia o la total autodeterminación del territorio disputado del Sahara Occidental.
El Departamento de Estado, por su parte, denuncia la brutalidad policial marroquí, las torturas, el descubrimiento de fosas comunes y que es ilegal publicar o expresar opiniones públicamente pidiendo la independencia o de un referéndum que incluya esa opción.
¿Hasta cuándo la comunidad internacional y los países civilizados tolerarán tanto atropello?
*Periodista. Miembro de la Asociación
de Prensa Extranjera.
Email: Sánchez-serra9416@hotmail.com
Blog: http://rsanchezserra.blogspot.com
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